El gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, ha iniciado una investigación de última hora sobre los semiconductores tradicionales fabricados en China.

Esta medida podría resultar en la imposición de aranceles adicionales sobre los chips chinos que actualmente se utilizan en una variedad de productos, desde automóviles hasta electrodomésticos y equipos de telecomunicaciones.

La investigación en cuestión, conocida como la «Sección 301», ha comenzado apenas cuatro semanas antes de que el presidente electo, Donald Trump, asuma su puesto el 20 de enero.

Se espera que los resultados de esta investigación sean entregados al gobierno en enero, para que pueda completar el proceso.

Esta iniciativa podría brindar a Trump la oportunidad de aplicar algunos de los altos aranceles, que incluyen un aumento del 60 por ciento en las importaciones chinas.

El gobierno de Biden ya ha impuesto un arancel del 50 por ciento a los semiconductores chinos, que entró en vigor el 1 de enero. Además, se han establecido restricciones más estrictas a la exportación de chips avanzados de inteligencia artificial y memoria a China, así como a equipos de fabricación de chips. Recientemente, también se han aumentado los aranceles al 50 por ciento sobre las obleas solares y el polisilicio chinos.

La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) llevará a cabo la investigación, con el objetivo de proteger a los productores de chips estadounidenses y de otros mercados de la sobreproducción de chips impulsada por el Estado chino.

Katherine Tai, representante de Comercio de Estados Unidos, ha señalado la importancia de esta investigación ante la creciente dominación global de la industria de semiconductores por parte de China. Según Tai, China ha estado enfocándose en la industria de semiconductores para expandir rápidamente su capacidad y ofrecer chips a precios artificialmente bajos, lo cual representa una amenaza significativa para la competencia en el mercado.

Los chips tradicionales, también conocidos como «heredados», son utilizados en una amplia gama de aplicaciones del mercado de consumo, sin incluir los chips avanzados para aplicaciones de inteligencia artificial o microprocesadores sofisticados.

El gobierno de Biden ha anunciado que aceptará comentarios públicos sobre la investigación a partir del 6 de enero, y se ha programado una audiencia pública para los días 11 y 12 de marzo. A pesar de esto, aún no está confirmado si Jamieson Greer, la elección de Trump para dirigir la USTR, será aprobado por el Senado de Estados Unidos para esa fecha.

Esta investigación se está llevando a cabo bajo el mismo estatuto de prácticas comerciales desleales que Trump utilizó anteriormente para imponer aranceles a las importaciones chinas en años anteriores, lo que desencadenó una larga guerra comercial entre Estados Unidos y China.

La investigación deberá completarse en un plazo de un año a partir de su inicio, en caso de que Trump decida continuar con ella.

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