Groenlandia reiteró su postura ante los constantes intentos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de adquirir la isla, dejando claro que no aceptarán una compra ni perderán su identidad groenlandesa. El jefe de Gobierno groenlandés, Múte B. Egede, enfatizó en un mensaje en su cuenta de Facebook que «Groenlandia es nuestra. No queremos ser estadounidenses, tampoco daneses, somos groenlandeses».

Estas declaraciones reflejan el sentir de la población de Groenlandia, que ha reiterado en diversas ocasiones su negativa a que Estados Unidos los adquiera. Los groenlandeses han mostrado una postura firme ante la insistencia de Trump, que ha mencionado en varias ocasiones su interés en incorporar la isla a su territorio por motivos de seguridad nacional.

El ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, también se ha pronunciado al respecto, señalando que si bien Groenlandia busca aflojar sus lazos con Dinamarca en busca de una relación más igualitaria, no tienen intenciones de integrarse a Estados Unidos. «La dirección que Groenlandia quiere tomar será decidida por los groenlandeses», afirmó Rasmussen.

Groenlandia no está en venta

Los groenlandeses han dejado claro que valoran su autonomía y derecho a la autodeterminación. Desde la aprobación en 2010 de un nuevo Estatuto de autonomía que reconoce este derecho, las fuerzas políticas en Groenlandia han coincidido en apoyar la independencia, aunque difieren en los ritmos y formas para lograrla.

Con elecciones autonómicas programadas para el próximo martes 11 de marzo, el Parlamento groenlandés ha aprobado medidas para prevenir cualquier tipo de injerencia extranjera en los comicios, incluyendo la prohibición de recibir donaciones anónimas o extranjeras por parte de partidos políticos.

Groenlandia, con una población de aproximadamente 57.000 habitantes dispersos en 2.2 millones de kilómetros cuadrados, depende en gran medida de la ayuda económica danesa y tiene en la pesca su principal actividad económica. Diversos países han mostrado interés en la isla por su importancia estratégica y sus potenciales recursos de minerales y petróleo sin explotar, pero los groenlandeses han dejado claro que ellos mismos decidirán su futuro en Groenlandia.

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