En medio de la escalada de tensiones en Oriente Medio, el ejército israelí ha llevado a cabo una serie de bombardeos este domingo contra Hezbolá en Líbano, dejando un saldo de casi 60 personas fallecidas. Estos ataques se producen tan solo dos días después de la muerte del líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá, en otro ataque previo. En un comunicado oficial, Israel informó que también ha golpeado objetivos de los rebeldes hutíes en el oeste de Yemen, en respuesta a la reivindicación de estos insurgentes proiraníes por el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv.

Los bombardeos en Yemen han provocado la muerte de al menos cuatro personas, según medios yemenitas. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, declaró que «ningún lugar está demasiado lejos» para Israel, en referencia a la extensión de sus operaciones militares. El ejército israelí ha señalado que ha golpeado un total de 120 objetivos en el Líbano, manteniendo así la presión sobre Hezbolá, una formación chiita apoyada por Irán. Corresponsales de la AFP han reportado fuertes explosiones y columnas de humo en los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, donde Nasralá fue asesinado en un ataque anterior que también dejó edificios destruidos.

Víctimas en aumento y reacción internacional

Hasta el momento, se han reportado 32 víctimas en ataques cerca de Sidón, y al menos 25 fallecidos en el este del país, según el Ministerio de Salud libanés. En las últimas 48 horas, 14 rescatistas han perdido la vida en ataques israelíes, agravando aún más la tensa situación en la región. El ejército israelí ha afirmado que, junto con la muerte de Nasralá, han abatido a más de 20 miembros de Hezbolá de diversos rangos en un cuartel general subterráneo. La muerte de Nasralá, quien era considerado el hombre más poderoso del Líbano, ha representado una gran victoria para Israel en su lucha contra Irán y sus aliados en la región.

Sin embargo, esta situación ha llevado al Oriente Medio a un terreno desconocido, generando preocupación a nivel internacional. En medio de llamados a la contención, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha expresado la urgencia de evitar una guerra total en la región. El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, ha viajado al Líbano para brindar apoyo y asistencia humanitaria a las autoridades locales. La situación actual ha llevado a la ONU y diversos actores internacionales a pronunciarse sobre la necesidad de buscar una solución pacífica y evitar una escalada mayor.

Preocupación global y desplazamiento masivo

Los ataques israelíes han generado un desplazamiento masivo de población en el Líbano, con cerca de un millón de personas afectadas, según el primer ministro libanés, Najib Mikati. Las repercusiones de los bombardeos continúan siendo un tema de preocupación a nivel global, ya que la región enfrenta un panorama incierto y cargado de tensiones. Mientras tanto, Hezbolá continúa lanzando cohetes hacia territorio israelí, alimentando el temor a una escalada total en el conflicto. En medio de este difícil escenario, la comunidad internacional busca evitar un desenlace trágico en Oriente Medio y ejerce presión para que se encuentre una salida diplomática a la crisis.

La muerte de Nasralá ha dejado a Líbano en un estado de conmoción y preocupación, mientras el mundo espera que se evite una escalada que coloque a toda la región al borde de un conflicto devastador. Las cifras de muertos siguen aumentando, y la incertidumbre sobre el futuro de la región se incrementa a medida que se prolonga la violencia.

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