Japón enfrenta una crisis demográfica sin precedentes que podría dejar al país sin niños menores de 14 años en un futuro no tan lejano. Según el experto demográfico Hiroshi Yoshida, la disminución de la tasa de natalidad en Japón ha alcanzado niveles críticos, lo que podría llevar a que solo quede un niño menor de 14 años para el 5 de enero de 2720.

Yoshida, quien es profesor en la Universidad de Tohoku y ha desarrollado un reloj de población para hacer seguimiento a la disminución de niños en Japón, ha advertido sobre la rápida caída en la población infantil en el país. Utilizando datos oficiales de la Oficina de Estadísticas de Japón, el experto estima que en 2531 todos los ciudadanos japoneses compartirán el apellido Sato, el apellido más común en la nación, lo que implicaría una modificación en la ley para que las parejas casadas solo puedan tener un único apellido, generando una pérdida de identidad individual y patrimonial.

La crisis demográfica en Japón ha sido motivo de preocupación no solo para los expertos, sino también para el gobierno japonés. En 2023, el número de nacimientos en Japón cayó a un 5.1% respecto al año anterior, mientras que el número de matrimonios descendió un 5.9% a 489,281, marcando la primera vez en 90 años que el número de matrimonios cae por debajo de 500,000.

Ante esta situación, el secretario jefe del gabinete de Japón, Yoshimasa Hayashi, ha señalado que los próximos seis años serán cruciales para revertir la tendencia de disminución en la tasa de natalidad, ya que el número de jóvenes disminuirá rápidamente hasta 2030. El primer ministro Fumio Kishida ha calificado esta crisis demográfica como la más grave que enfrenta el país y ha implementado medidas para apoyar a los hogares en edad fértil.

Según estimaciones del Instituto Nacional de Investigación de Población y Seguridad Social, la población de Japón podría disminuir en un 30% a 87 millones para 2070, con cuatro de cada 10 personas teniendo 65 años o más. Es evidente que Japón se encamina hacia un futuro donde la población joven será escasa, lo que plantea desafíos tanto sociales como económicos para el país.

Ante este panorama alarmante, es fundamental que Japón tome medidas urgentes para incentivar el aumento de la tasa de natalidad y garantizar un equilibrio demográfico sostenible a largo plazo.

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