El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó su rechazo a la orden de la Corte Suprema que prohíbe el aborto en el estado de Idaho. El mandatario, junto a la vicepresidenta Kamala Harris, cree que las decisiones sobre atención médica deben ser un asunto entre las mujeres y sus médicos, sin la intervención de los políticos.

Biden lamentó que la anulación del histórico fallo Roe contra Wade haya permitido a los funcionarios electos republicanos implementar prohibiciones del aborto que ponen en peligro la salud de las mujeres.

La prohibición extrema del aborto en Idaho ha generado preocupación, ya que niega a las mujeres la atención de aborto de emergencia crítica requerida por la ley federal. Las mujeres se ven obligadas a viajar fuera del estado para recibir atención médica, lo cual dificulta el acceso a servicios médicos de emergencia en casos apremiantes.

Además de afectar a las mujeres, estas prohibiciones también interfieren con la capacidad de los médicos para brindar atención a sus pacientes. En algunos casos, los médicos se ven obligados a abandonar Idaho y otros estados que tienen prohibiciones similares.

Biden afirmó que este tipo de situaciones no deberían ocurrir en Estados Unidos. Su administración continuará defendiendo el acceso de las mujeres a la atención médica de emergencia según lo establecido por la ley federal. El presidente también hizo un llamado al Congreso para restaurar inmediatamente las protecciones de la resolución Roe contra Wade, para asegurar que las mujeres en todos los estados puedan acceder a la atención médica que necesitan.

«Lo que está en juego no podría ser mayor para las mujeres en todo Estados Unidos», señaló Biden. Su compromiso es claro: proteger el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su propia salud y garantizar que tengan acceso a la atención médica adecuada.