La jueza federal del Distrito de Columbia, Tanya Chutkan, cerró el caso contra el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, por los cargos de injerencia electoral y el asalto al Capitolio de 2021. La decisión se dio después de que el fiscal especial, Jack Smith, solicitara terminar el proceso legal.

Desde las elecciones del 5 de noviembre, se especulaba que Trump lograría librarse de estos dos procedimientos legales.

Uno de los casos se refería a la presunta interferencia en los resultados de las elecciones de 2020, donde perdió frente a Joe Biden, mientras que el otro involucraba la presunta retención de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca.

El fiscal especial, Jack Smith, decidió cancelar todas las fechas del calendario judicial para ambos casos, otorgándose un plazo hasta el 2 de diciembre para evaluar la situación única y determinar el curso de acción según la política del Departamento de Justicia.

La política del Departamento de Justicia establece que no se procesará a un presidente en ejercicio, una norma que se ha mantenido desde el escándalo de Watergate en 1973.

Sin embargo, el caso de Trump, quien fue electo presidente después de ser procesado penalmente, es considerado sin precedentes.

El caso se podría reactivar en 2029

En su recomendación a la jueza Tanya Chutkan, el fiscal especial destacó la necesidad de desestimar el caso en base a esta política, aunque dejó abierta la posibilidad de reactivarlo una vez que Trump abandone su cargo, previsto para 2029.

«Aunque la acusación contra el demandado sigue en pie, las circunstancias han cambiado«, señaló Smith durante la presentación ante la jueza.

«Durante mucho tiempo, el Departamento de Justicia ha sostenido que la Constitución de Estados Unidos prohíbe el enjuiciamiento penal de un presidente en funciones», agregó.

Por lo tanto, la acusación contra Trump debe ser desestimada antes de que asuma oficialmente el cargo, aclaró el fiscal especial.

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