En un llamado desgarrador, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, instó a tomar medidas firmes para poner fin a la violencia armada que continúa golpeando al país.

Esto, luego de un trágico tiroteo que ocurrió  en una escuela secundaria ubicada en Winder, Georgia, la cual dejó un saldo de cuatro personas muertas y nueve heridas.

El miércoles por la mañana, el campus de la secundaria Apalachee se convirtió en escenario de angustia y caos después de que sonaran disparos y la policía se hiciera presente.

Asimismo, los padres desesperados corrieron hacia la escuela en busca de sus hijos, mientras un sospechoso era detenido por las autoridades.

Aún, se desconoce si el atacante era un alumno de la institución. «Debemos poner fin a esta epidemia de violencia armada en nuestro país, de una vez por todas. No tiene por qué ser así», declaró Harris durante un mitin en New Hampshire.

Estas palabras resonaron fuertemente en un país que se ha visto marcado por la tragedia de los tiroteos escolares, con episodios tan mortales como los ocurridos en Newtown, Parkland y Uvalde.

Uno de los testigos del tiroteo, Jacob King, relató cómo escuchó los disparos mientras se encontraba en clase, sin creer inicialmente que la situación fuera real.

El estudiante de segundo grado y jugador de fútbol americano describió el caos que se desató en la escuela, mientras otros estudiantes y familiares compartían mensajes de despedida en medio de la incertidumbre y el miedo.

Este nuevo episodio de violencia armada en el sistema educativo estadounidense ha reavivado el debate sobre el control de armas, un tema profundamente arraigado en la sociedad y la política del país.

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