Pensilvania.- La candidata demócrata y actual vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se encuentra en Pensilvania este jueves, a menos de una semana de su esperado debate con el expresidente republicano Donald Trump. Este estado se perfila como uno de los más cruciales en las próximas elecciones presidenciales, que se prevén extremadamente reñidas.

Mientras Trump estuvo en Pensilvania el miércoles en un acto público, Harris ha decidido visitar Pittsburgh, una de las principales ciudades del estado y conocida como la capital histórica del acero en Estados Unidos.

El miércoles, la cadena reveló las reglas para este debate de 90 minutos, resultado de arduas negociaciones entre ambos candidatos. Al igual que en el debate de junio entre Trump y el presidente Joe Biden, los candidatos debatirán de pie, sin notas ni público. La confrontación comenzará a las 21H00 hora local y cada candidato tendrá dos minutos para responder a las preguntas de los periodistas, con un minuto adicional para detalles y aclaraciones.

Uno de los puntos de discordia entre los equipos de campaña ha sido el control de los micrófonos durante el debate. Mientras que Harris abogaba por mantenerlos abiertos en todo momento, Trump se mostraba en desacuerdo, temiendo posibles ventajas para su oponente. Durante una reunión-debate en Pensilvania de la cadena Fox News, Trump criticó a ABC por su presunta parcialidad y aseguró sin pruebas que Harris recibiría las preguntas con antelación.

Kamala Harris se prepara para el debate contra Trump

Además del debate, Harris tendrá en mente la controversia en torno a la posible compra de la siderúrgica estadounidense US Steel por parte de la empresa japonesa Nippon Steel. La Casa Blanca ha expresado su intención de bloquear esta operación, que ha generado preocupación por el posible despido de miles de empleados en Pittsburgh, sede de la compañía.

En un estado como Pensilvania, donde la elección presidencial ha sido sumamente reñida en los últimos años, Harris busca aprovechar los proyectos de reindustrialización impulsados por la administración de Biden, así como el apoyo de los sindicatos y la popularidad de su candidato a vicepresidente, el gobernador de Minnesota Tim Walz.

A pesar de estar mejor posicionada que Biden en las encuestas a nivel nacional, la vicepresidenta se encuentra compitiendo codo a codo con Trump en los estados más disputados. En este contexto, la carrera por la presidencia se prevé reñida hasta el último minuto, sin que ninguna de las partes pueda considerarse como favorita.

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