El líder norcoreano, Kim Jong-un, conmemoró el 70 aniversario del fin de la Guerra de Corea (1950-53) con un gran desfile militar nocturno en el que exhibió sus armas más avanzadas y contó con la presencia de altos representantes de Rusia y China, dos de sus principales aliados.

Kim, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el miembro del Politburó de China, Li Hongzhong, pasaron revista a las tropas antes de que comenzara el desfile celebrado en la céntrica plaza Kim Il-sung de Pionyang, según informaron los medios estatales norcoreanos.

Los tres se sentaron después en la tribuna de autoridades situada delante del Gran Palacio de Estudios del Pueblo para ver la parada, que duró más de una hora y media y en la que participaron miles de soldados, tanques, artillería y vehículos militares.

Durante el desfile, el régimen mostró sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM) más potentes, capaces de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos. Entre ellos se destacaron el Hwasong-17 y el Hwasong-18, que usan combustible sólido y que fueron probados con éxito en julio pasado.

También se realizó por primera vez una demostración pública con unos nuevos drones de gran tamaño que podrían tener capacidad para realizar ataques aéreos o misiones de reconocimiento. El ejército norcoreano testó estos aparatos por primera vez en secreto en junio en el noroeste del país.

Pionyang celebra el aniversario de la firma del alto el fuego que detuvo la Guerra de Corea el 27 de julio de 1953 como “Día de la Victoria“, ya que la narrativa del régimen afirma que se forzó a Estados Unidos y a sus aliados a suplicar por un armisticio

Las autoridades norcoreanas han aprovechado la efeméride para escenificar su cercanía con Moscú y Beijing.

La ONU ha expresado su preocupación por el impacto en los derechos humanos del confinamiento impuesto por las autoridades y ha ofrecido ayuda humanitaria al país, que hasta ahora ha rechazado las ofertas internacionales para suministrar vacunas al país.

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