Durante su campaña presidencial y después de ganar las elecciones, el presidente Donald Trump ha hecho hincapié en la relación entre la inmigración y la delincuencia en los Estados Unidos. Sin embargo, las cifras de crímenes muestran una realidad completamente distinta.

Según los registros del FBI, los delitos violentos en el país han tenido una disminución del 3% entre 2022 y 2023. Esto incluye una baja del 12% en los asesinatos y homicidios no negligentes, la mayor caída en al menos dos décadas. Asimismo, los casos de violación han disminuido un 9%, los robos un 0.3% y las agresiones con agravantes un 3%.

Estos datos contradicen directamente las afirmaciones de Trump sobre la criminalidad relacionada con la inmigración. En Texas, por ejemplo, la tasa de arrestos por delitos violentos es mayor entre los ciudadanos estadounidenses que entre los inmigrantes irregulares. Además, el Instituto CATO informa que la mayoría de las personas condenadas por homicidio en Texas en 2022 eran ciudadanos nativos, no inmigrantes.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) también señala que la mayoría de los delitos cometidos por migrantes son infracciones de tráfico o conducción bajo los efectos del alcohol, y no los crímenes violentos a los que Trump hace referencia.

A pesar de estas cifras alentadoras, la retórica de Trump sobre la inmigración y la delincuencia ha tenido un impacto significativo en la política y la sociedad estadounidenses.

La vicepresidenta Kamala Harris, quien compitió contra Trump en las elecciones pasadas, ha intentado desafiar esta narrativa resaltando la dureza de las leyes y señalando los casos penales pendientes del presidente.

Aunque los robos de vehículos han aumentado casi un 13% de 2022 a 2023, en general, las cifras de crímenes violentos muestran una tendencia a la baja en los Estados Unidos. Esto sugiere que la relación entre la inmigración y la delincuencia no es tan clara como Trump ha intentado presentar.

Las cifras de crímenes en Estados Unidos contradicen las afirmaciones racistas de Trump y subrayan la importancia de basar las políticas públicas en datos objetivos y no en prejuicios.

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