El martes pasado, el Concejo Municipal de Los Ángeles aprobó por unanimidad una ordenanza de «ciudad santuario» con el objetivo de proteger a los inmigrantes que residen en la ciudad.

Esta medida, que prohíbe el uso de recursos y personal de la ciudad para la ejecución de las leyes federales de inmigración, busca salvaguardar a la comunidad inmigrante ante la promesa del presidente electo, Donald Trump, de llevar a cabo deportaciones masivas.

Los Ángeles, como la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos después de Nueva York, ha decidido codificar esta protección a los inmigrantes en la legislación municipal. Paul Krekorian, miembro del consejo municipal, explicó que esta ordenanza busca tranquilizar a la comunidad inmigrante y hacerles saber que la ciudad comprende sus temores.

Antes de la votación, los manifestantes proinmigrantes se congregaron en las escaleras del Ayuntamiento de Los Ángeles con carteles que rezaban: «¡Los Ángeles, ciudad santuario ahora!». Al grito de «¿Qué queremos? Santuario. ¿Cuándo lo queremos? Ahora», expresaron su apoyo a la medida tomada por la ciudad.

Con una población de 1,3 millones de inmigrantes, Los Ángeles se ha hecho eco de la preocupación de muchos de sus residentes. Shiu-Ming Cheer, subdirectora de justicia racial e inmigración en el Centro de Políticas de Inmigración de California, destacó que aproximadamente un tercio de la población de la ciudad son inmigrantes, lo que hace aún más relevante esta ordenanza de «ciudad santuario».

La aprobación de esta ordenanza surge en un contexto nacional en el que once estados han tomado medidas para reducir su cooperación con las autoridades federales de inmigración. Con la llegada de Trump a la presidencia el próximo 20 de enero, la incertidumbre sobre el futuro de los inmigrantes indocumentados se ha acrecentado.

A pesar de la promesa de Trump de implementar deportaciones masivas, su equipo de transición no ha ofrecido comentarios al respecto. Ante esta falta de información, las ciudades como Los Ángeles están tomando medidas para proteger a sus residentes inmigrantes y demostrarles que están del lado de ellos en esta incierta coyuntura política.

Con esta ordenanza de «ciudad santuario», Los Ángeles se convierte en un refugio para aquellos inmigrantes que temen ser separados de sus familias y comunidades.

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