El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva  espera que el expresidente de derecha, Jair Bolsonaro comparezca en los próximos meses ante los tribunales brasileños y considera diversas opciones para forzar su regreso.

Según un alto asesor del líder de izquierda, estas opciones solo se considerarán si no regresa voluntariamente a fines de marzo. El asesor, que pidió el anonimato, dijo que había pocas posibilidades de que arrestaran a Jair Bolsonaro cuando regresara a Brasil.

El líder conservador ha sido investigado en distintos frentes; e incluso se le investiga por presuntamente incitar los disturbios del 8 de enero en las sedes de los tres poderes en Brasilia; pero no se han presentado cargos formales en su contra.

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Entre los cargos que enfrenta el expresidente se encuentran planear un golpe de Estado con ciertos allegados, algunos de los que ya fueron detenidos; y las acusaciones no probadas acerca de la integridad del sistema de voto electrónico de Brasil en un evento con embajadores del exterior.

Si es declarado culpable, Bolsonaro podría perder todos los derechos políticos durante varios años; ante ello no sería elegible para volver a la presidencia en las próximas elecciones.

Sin embargo, el expresidente Bolsonaro ha respondido al gobierno de Lula da Silva que no ha cometido ningún delito; y reiteró que no quería permanecer en los Estados Unidos por un período prolongado de tiempo; pero el 30 de enero solicitó una visa estadounidense de seis meses.

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