El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arremetió contra la decisión de España de celebrar el 12 de octubre como un día de fiesta nacional, argumentando que para América esa fecha marca el inicio del «genocidio, el exterminio, el esclavismo y el colonialismo«.

Durante un acto transmitido por televisión, Maduro expresó su descontento diciendo: «Ellos salen el 12 de octubre a celebrar el día de la raza, el día de España, ¿no podrían conseguirse otro día?, porque el 12 de octubre para toda la América es el día en que empezó el genocidio, no es ningún día para celebrar«.

Para el mandatario, esta fecha simboliza «la sangre, la muerte y la esclavitud«. Además de estas críticas, Maduro también señaló que para Venezuela, el 12 de octubre representa «el día de la resistencia, de la vida sobre la muerte, de la libertad sobre el esclavismo y de la idea republicana sobre la monarquía«.

Estas declaraciones surgen en medio de tensiones diplomáticas entre ambos países. El Parlamento venezolano, controlado por el chavismo, aprobó un acuerdo político en el que instaba al Gobierno de España a abolir la monarquía, argumentando que esta institución está ligada a la corrupción y a la ultraderecha.

Como respuesta a una decisión del Congreso español que reconoció a un político antichavista como presidente electo de Venezuela, el Parlamento también pidió a Maduro romper relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con España.

Dentro de esta misma línea, se solicitó al presidente venezolano evaluar la ruptura de relaciones bilaterales en un plazo específico como respuesta a lo que consideraron una injerencia en la institucionalidad venezolana por parte del Congreso español.

El político antichavista en cuestión, Edmundo González Urrutia, quien ha denunciado fraude en las elecciones presidenciales, ha solicitado asilo en España tras llegar a Madrid en septiembre y enfrentar una orden de captura en su país.

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