Washington, Estados Unidos.- Desde hace unas semanas se ha informado de la quema de libros o prohibición de su lectura en alguno estados norteamericanos, pero ahora suman más y la verdad es que esta censura no es nueva.

Gobiernos y asociaciones de padres tratan de impedir que centenares de títulos que abordan el racismo o el sexo estén al alcance de los alumnos.

Tiffany Justice, miembro fundadora de la organización Moms for Liberty, asegura que buscan “quitar del alcance de los niños esos que son explícitos sexualmente u obscenos, del mismo modo que no tenemos revistas de Playboy en el colegio”.

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Se desconoce que libros podrían ser prohibidos por su supuesta referencia de sexo o racismo que pueda afectar a los menores, pero se suman a la larga lista de los textos «malditos».

Un pastor ultra de Tennessee, Greg Locke, organizó una hoguera cerca de Nashville para quemar ejemplares de Harry Potter y Crepúsculo para combatir las “influencia demoníacas” que llega a los jóvenes.

Otro caso, cuando la Junta Escolar del condado de McMinn acordó retirar Maus, el laureado cómic sobre el Holocausto, de la lista de lecturas de los alumnos por palabras malsonantes y por mostrar la “representación del cuerpo desnudo de una mujer”.

Asimismo, Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, o De ratones y hombres, de John Steinbeck, también figuran.

¿Tu has leído alguno de ellos?