Seúl.- El ministro del Interior de Corea del Sur, Lee Sang-min, ha presentado su renuncia este domingo luego de la declaración fallida de ley marcial que desató una profunda crisis política en el país. La dimisión de Lee viene tras ser acusado de no haber cumplido debidamente con sus funciones de servir a la ciudadanía y al presidente, según informó el diario JoongAng Ilbo.

El presidente Yoon Suk Yeol ha aceptado la renuncia de Lee, en medio de un clima de tensión política que se ha apoderado de Corea del Sur. El principal partido de la oposición no se queda atrás en este panorama, ya que han anunciado que intentarán nuevamente destituir al presidente el 14 de diciembre, después del fracaso de una moción en este sentido que se votó ayer sábado en el Parlamento, según el líder de la oposición, Lee Jae-Myung.

Los diputados del partido del presidente surcoreano rechazaron la moción para destituirlo, a pesar de las multitudinarias protestas en las calles. Tanto el ministro Lee como el presidente Yoon son objeto de investigaciones por presunta insurrección, lo que ha aumentado la presión sobre el Gobierno.

Este escenario ha llevado a una polarización política sin precedentes en Corea del Sur, con una ciudadanía dividida y una clase política en crisis. La renuncia del ministro del Interior es solo el último capítulo en esta saga de acontecimientos que han sacudido los cimientos del país.

La situación actual plantea grandes desafíos para el futuro de Corea del Sur, con incertidumbre política y social en el horizonte. A medida que se desarrollan nuevos capítulos en esta crisis, la ciudadanía espera respuestas y soluciones por parte de sus líderes.

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