En medio de tensiones entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia Católica de Nicaragua, la ONU condena la desaparición forzada del obispo Isidoro Mora y las detenciones de varios religiosos.

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Oacnudh) para América Central ha condenado enérgicamente la “desaparición forzada” del obispo Isidoro Mora y la “nueva ola” de detenciones de sacerdotes en Nicaragua. En medio de las tensiones entre el gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia Católica, la ONU ha expresado su profunda preocupación por estas violaciones a los derechos humanos.

La Oacnudh ha utilizado su cuenta de Twitter para denunciar los hechos: “#OACNUDH condena la desaparición forzada del Obispo Isidoro Mora en #Nicaragua desde hace 8 días y la nueva ola de detenciones de religiosos”. Según este organismo de la ONU, estas acciones del gobierno nicaragüense no solo atentan contra la libertad personal del obispo y los sacerdotes, sino que también violan el derecho a la libertad religiosa, un pilar fundamental en cualquier Estado democrático.

La Alianza Cívica muestra su solidaridad con la Iglesia Católica

Esta condena se suma a las críticas de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de Nicaragua, la cual ha denunciado la “persecución, hostigamiento, asedio y criminalización” que está sufriendo la Iglesia Católica por parte del régimen de Ortega-Murillo. La Alianza Cívica, que fue contraparte del gobierno en una mesa de negociación para buscar una salida pacífica a la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde 2018, ha manifestado su preocupación por los acontecimientos recientes, ya que no solo afectan la libertad religiosa, sino que también ponen en riesgo la labor pastoral y evangelizadora de la Iglesia.

Según la abogada e investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, actualmente hay dos obispos, seis sacerdotes y dos seminaristas detenidos por las autoridades nicaragüenses. Aunque ni el gobierno ni la policía han confirmado o negado estas detenciones, se sabe que el obispo Álvarez fue condenado recientemente a 26 años y 4 meses de prisión, además de ser despojado de su nacionalidad y sus derechos ciudadanos. Esta condena se dio luego de que Álvarez rechazó subirse a un avión junto a otros excarcelados políticos nicaragüenses.

La comunidad internacional espera una solución pacífica para Nicaragua

La situación en Nicaragua sigue siendo preocupante para la Iglesia Católica y los defensores de los derechos humanos. La ONU y la Alianza Cívica han mostrado su solidaridad con la Iglesia y han instado al gobierno de Ortega a respetar la libertad religiosa y poner fin a las detenciones arbitrarias. La comunidad internacional continúa observando de cerca la situación en este país centroamericano y espera una próxima solución pacífica para la crisis que se vive.

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