En una decisión contundente, la copresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, anunció el retiro del país centroamericano del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Este paso fue comunicado al presidente del Consejo, Jürg Lauber, por medio de una carta firmada por el canciller nicaragüense, Valdrack Jaentschke.

"Nicaragua transmite su decisión soberana e irrevocable de retirarse del Consejo de Derechos Humanos y de toda actividad relacionada con este Consejo y todos sus mecanismos satelitales", informó Murillo a medios locales.

Murillo subrayó que la retirada responde a lo que considera un 'doble rasero' y 'politización' en las acciones del Consejo.

Según ella, los informes y declaraciones del Grupo de Expertos y la oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos son utilizados como pretextos para intervenir en los asuntos internos de los Estados, amenazando la soberanía nacional.

La copresidenta criticó a estos organismos por convertirse en plataformas políticas que obstaculizan el desarrollo económico y social del pueblo nicaragüense, afectando áreas críticas como educación, salud, infraestructura y seguridad alimentaria.

Además, Murillo acusó al Consejo de Derechos Humanos de violar su normativa mediante la aplicación de un doble rasero, convirtiéndose en una caja de resonancia para aquellos que, según ella, han atentado contra la paz y la economía del país.

Con esta medida, Nicaragua se aleja de cualquier actividad relacionada con el Consejo y sus mecanismos, reafirmando su decisión soberana e irrevocable.

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