Brisbane, Australia.- Con tan solo 13 años, un niño terminó en confinamiento solitario en un centro de detención en Australia. El joven habría entablado una pelea con un compañero del centro, provocando que los guardias lo castigaran con dicha medida. Su abogado acusa a la institución de realizar un abuso a los derechos humanos del menor.

Los hechos ocurrieron en el Centro de Detención Juvenil de Cleveland en Townsville, Australia. «Jack», nombre con el que se ha referido al menor, había sido detenido por un delito menor, pagando una condena de 60 días. No obstante, un tercio de su tiempo lo habría pasado en una celda en solitario.

De acuerdo con el abogado del menor, Tim Grau, el joven inundó su celda con el agua del inodoro en un acto de desesperación al estar aislado. Esto debido a que los guardias del Centro de Detención le habían negado el acceso a agua potable como parte de su castigo.

«Tenía 13 años, había estado en la corte una vez antes. Así que incluso por esta ofensa, nunca iba a tener un período de encarcelamiento, en mi opinión», explicó Grau a la BBC en una entrevista. Además, añadió que la mala ejecución de un protocolo se podría deber a una falta de personal en la institución. «Si está encerrado porque hay escasez de personal, y el centro de detención de Cleveland tiene 80 o más niños en cualquier momento, uno solo puede suponer que otros niños están en la misma circunstancia.»

Scott McDougall, comisionado estatal de Derechos Humanos, comparte las quejas y preocupaciones de Grau. Según él, lo sucedido con el joven no es una práctica poco común y puede ser considerada como una violación a los derechos humanos y a las leyes carcelarias de Queensland.

Por ahora, se ha iniciado una investigación al respecto, con la posibilidad de que el menor actúe legalmente en contra de la institución carcelaria.

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