La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre una nueva variante de COVID-19 que ha surgido en China, conocida como NB.1.8.1. Esta cepa ha comenzado a aumentar los casos en varias regiones del mundo, incluyendo el sudeste asiático y el Pacífico occidental.

La variante NB.1.8.1 fue identificada en China, donde ha causado un resurgimiento del virus en las últimas semanas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., ya se ha detectado en Estados Unidos, aunque hasta ahora solo se han encontrado unas 20 secuencias.

A nivel global, esta variante alcanzó casi el 11% de las muestras secuenciadas a mediados de mayo, y la OMS la ha designado como una variante bajo vigilancia.

Impacto en la salud pública

A pesar de su rápida propagación, la OMS considera que el riesgo para la salud pública mundial es bajo y se espera que las vacunas actuales sigan siendo efectivas. En su actualización reciente, la OMS ha registrado aumentos de casos en países del Pacífico occidental, incluidos China, Hong Kong, y Singapur, pero no hay indicios de que sea más grave que otras variantes.

Recomendaciones y medidas

La OMS ha instado a los países a continuar vigilando y notificando la actividad del virus para apoyar los esfuerzos mundiales de salud pública. En Estados Unidos, las autoridades han detectado la nueva variante en viajeros procedentes de las regiones afectadas.

En medio de estos desarrollos, Robert F. Kennedy ha anunciado cambios en las recomendaciones de vacunación en EE. UU., indicando que las vacunas contra el COVID-19 ya no se recomiendan para mujeres embarazadas y niños sanos.

Por otro lado, el gobierno de EE. UU. ha modificado su postura oficial sobre el origen del virus, sugiriendo que probablemente surgió en un laboratorio de Wuhan en 2019, lo que ha generado controversia respecto a las relaciones con la OMS.

También te puede interesar:

• Elon Musk critica nuevas políticas financiera de Trump tras dejar su gabinete