En una cumbre histórica celebrada en Washington, los líderes de la OTAN anunciaron un compromiso sin precedentes con Ucrania frente a la agresión rusa. La Alianza Atlántica se comprometió a destinar aproximadamente USD 43.000 millones en ayuda militar durante el próximo año para fortalecer las capacidades defensivas ucranianas y disuadir futuras hostilidades.
Este esfuerzo incluye el envío de aviones F-16 por parte de Dinamarca y Holanda, así como la instalación de sistemas de defensa antiaérea avanzados y misiles de largo alcance en Alemania, acciones destinadas a equilibrar la balanza aérea con Rusia. Los líderes aliados reafirmaron su determinación de apoyar a Ucrania en la creación de una fuerza capaz de derrotar la agresión actual y disuadirla en el futuro.
La preocupación de la OTAN por la colaboración Rusia-China
Además del refuerzo militar, la OTAN expresó preocupación por la colaboración entre Rusia y China en el conflicto ucraniano. Acusaron a Beijing de facilitar el esfuerzo de guerra ruso mediante el suministro de materiales de doble uso y apoyo político. La alianza instó a China a cesar cualquier tipo de apoyo material a la agresión rusa, subrayando su compromiso con la seguridad euroatlántica y la posible adhesión de Ucrania a la OTAN.
La cumbre también marcó un hito al contar con la participación de líderes de Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, reflejando una creciente preocupación global por la estabilidad en Europa del Este. Sin embargo, China ha rechazado las acusaciones de la OTAN, argumentando que la alianza busca expandir su influencia hacia el Este y que las acusaciones carecen de fundamentos sólidos.
La reunión en Washington reafirma el compromiso de la OTAN con la seguridad regional y envía un claro mensaje de que no tolerará la agresión rusa ni la complicidad externa que pueda amenazar la estabilidad en la región.