La pandemia de COVID-19 dejó 16 millones más de niños y jóvenes pobres en Latinoamérica y causó un retroceso de 20 años en los indicadores pobreza, indicó la Unicef.

La asesora regional de política social para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Mónica Rubio, lo indicó durante una entrevista, en donde aseguró que en 2018 tenían una incidencia del 38.2 por ciento de pobreza.

“Existen aproximadamente 87 millones de niños, niñas y adolescentes pobres en América Latina y el Caribe. Según estimaciones de Unicef y Save the Children, la pandemia de COVID-19 ha podido adicionar 15.9 millones de niños, niñas y adolescentes a las filas de la pobreza”, comentó.

El efecto de esa fragmentación se distingue entre los que tienen un empleo formal y quienes trabajan en la informalidad, aseguró y lo ejemplificó al señalar que el 60.8 por ciento de las familias en América Latina utiliza sus propios recursos para satisfacer sus necesidades.

“Desde la licencia maternal, la licencia paternal, los programas de transferencias a las familias para los niños, los servicios de cuidado infantil, la escuela pública, la salud pública de buena calidad. Todo eso, es una apuesta de protección social”, expresó.

Por otra parte,  consideron que “acabar con la pobreza infantil es una decisión de política pública que trae productividad y crecimiento a futuro”.

Finalmente subrayó que “es una decisión de política pública evitar” que “un niño tenga que trabajar o una niña prostituirse para poder comer”.

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