El Papa Francisco ha sido diagnosticado con neumonía bilateral, una condición que requiere tratamiento farmacológico adicional al que actualmente está recibiendo para combatir una infección polimicrobiana. Esta información fue confirmada por el Vaticano en un comunicado emitido este martes.

Según el comunicado, una tomografía computarizada de tórax reveló la presencia de neumonía bilateral en el Santo Padre, lo que ha llevado a la necesidad de intensificar su terapia farmacológica. A pesar de esta complicación en su estado de salud, el Papa Francisco se mantiene de buen humor y continúa con sus prácticas religiosas, recibiendo la Eucaristía y dedicando tiempo a la oración y la lectura.

Cancelan agenda del Papa Francisco

En el Vaticano se ha decidido cancelar la agenda del Papa hasta el domingo, siendo reemplazado en la misa del Jubileo de los Diáconos por el responsable del dicasterio para la Evangelización. Aún no se ha confirmado si el pontífice podrá llevar a cabo la celebración del rezo del ángelus dominical.

A pesar de su hospitalización, Francisco volvió a hablar anoche con la parroquia de la Sagrada Familia, la única iglesia católica de Gaza, explicó su párroco, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli.

Francisco se encuentra con sus dos secretarios, que le llevan algunos documentos y los diarios, mientras el pontífice realiza algunas actividades laborales que no le requieren demasiado esfuerzo; sin embargo, se le ha aconsejado absoluto reposo.

A pesar de las dificultades respiratorias, Francisco insistió en participar en una misa al aire libre para las Fuerzas Armadas el pasado 9 de febrero, desobedeciendo las advertencias de sus médicos sobre las bajas temperaturas en Roma.

Su ingreso en el hospital este año ya ha sido más prolongado que el de 2023, cuando también tuvo que ser hospitalizado por una neumonía. 

Propenso a problemas respiratorios

Según recogió el papa Francisco en el libro Soñemos juntos, en su juventud tuvo una intervención quirúrgica en que le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho. Debido a esto, es propenso a sufrir problemas respiratorios, en especial durante el invierno.

“Un prefecto, que se dio cuenta que lo mío no era el tipo de gripe que se cura con aspirina, me llevó al hospital. De entrada, me sacaron un litro y medio de agua del pulmón, y ahí me quedé peleando por vivir».

Las radiografías arrojaron que Francisco tenía tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. Como si fuera poco, también padecía de un derrame pleural bilateral que le producía dificultad respiratoria.

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