En medio de la temporada de Día de Acción de Gracias, una investigación realizada por miembros de PETA ha sacudido a la reconocida marca Butterball, el mayor productor de pavos congelados en Estados Unidos. Imágenes y videos capturados en una de las instalaciones de la compañía muestran escenas perturbadoras de abuso sexual y físico hacia los pavos, desatando la indignación en redes sociales. Uno de los videos muestra cómo los trabajadores introducen sus dedos en las ‘partes íntimas’ de los pavos, lo que se califica como abuso sexual hacia las aves. Además, se pueden observar escenas de trabajadores golpeando a los pavos contra las jaulas de metal, pisando sus cabezas e incluso introduciendo los dedos en los cuerpos de los animales vivos.

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— PacoZeaCom (@PacoZeaCom) November 28, 2024

Esta no es la primera vez que Butterball enfrenta acusaciones de este tipo. En 2017, PETA ya había denunciado incidentes similares en una planta de Arkansas. Ante estas acusaciones, Butterball ha respondido afirmando que los videos son antiguos y no reflejan sus prácticas actuales. La empresa sostiene que es el único productor de pavos certificado por American Humane y que realiza inspecciones periódicas para asegurar el bienestar animal. Sin embargo, las evidencias presentadas en los videos plantean serias dudas sobre la ética en la producción industrial de carne y el cumplimiento de las normativas de bienestar animal.

Rechazo en redes sociales y presión por regulaciones más estrictas

Tras la difusión de las imágenes, miles de usuarios en redes sociales han denunciado a Butterball por permitir tales abusos y por no tener un control de salubridad adecuado en sus instalaciones. Organizaciones como PETA buscan que estas denuncias no solo sensibilicen al público, sino que también impulsan acciones legales y regulaciones más estrictas en la industria avícola. Las revelaciones en torno a Butterball han puesto bajo mayor escrutinio a la industria avícola y han generado un debate sobre el consumo consciente y la búsqueda de alternativas alimenticias que no involucren la crueldad animal.

En medio de estos cuestionamientos, es imperativo que las autoridades y los consumidores exijan transparencia y medidas concretas para garantizar el bienestar de los animales en todas las etapas de producción de alimentos. Este escandaloso caso de abuso sexual a pavos por parte de la famosa marca Butterball ha generado un amplio debate sobre la ética en la industria alimentaria y ha puesto en el centro de la discusión la importancia de respetar el bienestar animal en todo momento. Esperamos que estas revelaciones sirvan como un llamado de atención tanto para las empresas como para los consumidores, y que se tomen medidas efectivas para prevenir futuros actos de crueldad hacia los animales.

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