Ciudad de México.- A pesar de los esfuerzos extra ordinarios por parte de todo tipo de organismos de beneficencia para aminorar el golpe a los sectores más vulnerables, víctimas de la crisis económica y de salud en el mundo provocada por la cepa de Coronavirus COVID-19.

El avance de la pandemia está significando un golpe casi letal para las organizaciones tanto civiles como gubernamentales pues, se están quedando sin recurso para ayudar a los sectores desprotegidos que son gravemente afectados por el parón económico del flujo financiero mundial.

Tan solo en 2018 se recibió un 50 por ciento menos de la administración pública federal en comparación con el 2017, lo que ya vaticinaba escases para estas organizaciones, aunque nadie contaba con la pandemia de COVID-19, la cantidad fue de 2 mil 700 millones de pesos. Dicho recurso repartido entre 2 mil 75 organizaciones un aproximado de 2 millones de pesos por cada una de ellas.

La incertidumbre es el aspecto primordial que ha hecho que se encuentren detenidos los apoyos o considerablemente reducidos. Como sociedad ello solo representa problemas pues el dinero recaudado por las organizaciones termina beneficiando y dando esperanza a los sectores desprotegidos, muchos de ellos en constante tentación por el camino de la ilegalidad, por lo que detener el apoyo podría desembocar en una oleada de violencia, incalculable.

Desde los apoyos a niños en situación de calle, mujeres violentadas, hasta personas en situación de calle que no tienen ningún familiar que vele por ellos, peor aún si se trata de personas con algún problema mental.