Una discoteca en Torremolinos, en el sur de España, ha causado indignación al dar a conocer las condiciones para una fiesta en la que se prohíben las «peleas», las «drogas» y los «maricones».

Esta polémica ha provocado la denuncia por homofobia de representantes políticos y asociaciones de consumidores.

El establecimiento, que aún no ha abierto sus puertas, pretendía estrenarse con este evento, pero su anuncio incluyendo estas restricciones ha generado una ola de críticas.

La ministra de Igualdad española, Ana Redondo, ha condenado firmemente esta actitud, calificándola como «intolerable» y «un ataque directo a la igualdad».

El gobierno regional de Andalucía ha anunciado que ha iniciado actuaciones para abrir un expediente sancionador contra la discoteca por infracción a los derechos de las personas LGTBI.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha afirmado que «la intolerancia no tiene cabida en la sociedad tranquila y moderada que es Andalucía».

Además, la asociación de consumidores Facua ha denunciado al establecimiento ante la Fiscalía Provincial de Málaga para que se abra una investigación por posibles delitos de odio.

La alcaldesa de Torremolinos, Margarita del Cid, también ha anunciado que presentará una denuncia tanto en representación del Ayuntamiento como a título personal por delito de odio y de injurias.

En medio de esta polémica, se ha destacado que el club no cuenta con los permisos necesarios para la realización de actividades comerciales, por lo que la fiesta se hubiera llevado a cabo de manera ilegal.

Una docena de entidades sociales de Torremolinos han emitido un comunicado en el que rechazan los mensajes discriminativos y homofóbicos, señalando que perpetúan la discriminación hacia la comunidad LGTBIAQ+. E

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