Prisioneros de guerra ucranianos mueren en cárceles rusas; autopsias revelan sistema de extrema violencia
27/05/2025 - Hace 1 día en InternacionalPrisioneros de guerra ucranianos mueren en cárceles rusas; autopsias revelan sistema de extrema violencia

La frase “Todo estará bien” era el consuelo que Serhii Hryhoriev ofrecía a su familia desde el frente, convertido luego en símbolo de esperanza. Hryhoriev, de 59 años, era un soldado ucraniano capturado por fuerzas rusas en Mariupol en abril de 2022, tras una encarnizada batalla en esa ciudad.
Durante meses, su familia recibió señales de que seguía con vida, incluyendo una carta y un video donde repetía: “Estoy vivo y bien”. Sin embargo, en mayo de 2023, Serhii murió en cautiverio. Su cuerpo fue devuelto más de medio año después, en una bolsa mortuoria y descompuesto.
Un certificado ruso alegaba muerte por derrame cerebral, pero una autopsia ucraniana reveló trauma abdominal y negligencia médica como causas probables del fallecimiento. La historia de Hryhoriev no es aislada.
Hay más de 200 casos
Más de 200 prisioneros de guerra ucranianos han muerto en cárceles rusas desde que comenzó la invasión a gran escala. Informes de la ONU y organizaciones de derechos humanos denuncian torturas, desnutrición y atención médica insuficiente en centros de detención rusos y territorios ocupados.
Oleksii Honcharov, exprisionero y testigo directo, relató que todos los detenidos eran brutalizados, incluyendo a Serhii, quien resistió lo que pudo pese a su edad. A medida que su salud se deterioraba, Hryhoriev fue aislado en una celda fría, húmeda y sin luz, sin recibir atención médica adecuada ni condiciones humanas.
Murió solo, según Honcharov, en una celda sin asistencia, sin familia, sin socorro, víctima de abandono deliberado y maltrato institucionalizado. La autopsia determinó que sufrió una hemorragia interna por un fuerte golpe que le afectó el bazo, contradiciendo el parte ruso oficial sobre causas naturales.
En Kiev, expertos forenses siguen documentando signos de tortura y negligencia en cuerpos repatriados, mientras Ucrania prepara casos por crímenes de guerra contra Rusia. Serhii fue enterrado en su pueblo natal, Pyriatyn. Su familia lleva ahora su frase tatuada: “Todo estará bien”, convertida en memoria y protesta silenciosa.