La prestigiosa universidad de Harvard se encuentra en el centro de la polémica tras la dimisión de su rectora, Claudine Gay, luego de verse envuelta en acusaciones de plagio y antisemitismo.

Las controversias surgieron luego de que Gay y otros presidentes de las escuelas de la Ivy League fueran ampliamente criticados por sus testimonios ante el Congreso sobre el aumento del antisemitismo en el campus.

Según el periódico estudiantil Harvard Crimson, el mandato de Gay fue el más corto en la historia de la universidad. La presión para que renunciara aumentó tras la dimisión de la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill.

En el testimonio ante el comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Gay, Magill y Sally Kornbluth, presidenta del Instituto de Tecnología de Massachusetts, se negaron a responder de forma clara si el pedido de genocidio de judíos violaría los códigos de conducta de sus campus.

Más de 70 legisladores estadounidenses exigieron la destitución de estos rectores, argumentando su insatisfacción con los testimonios. Sin embargo, Gay no careció de apoyo. Varios cientos de miembros de la facultad de Harvard firmaron una petición instando a los administradores escolares a resistir la presión política y mantener a Gay en la presidencia.

Presunto plagio

Pero las acusaciones no terminaron allí. Claudine Gay también ha sido señalada por plagio. Después de una investigación, se descubrió que había errores de citación en su disertación de 1997. Un vocero de la universidad confirmó que Gay planea hacer tres correcciones en su trabajo académico.

Este escándalo ha dejado a la comunidad de Harvard en shock y ha generado un intenso debate sobre la ética y la responsabilidad de los líderes universitarios. La renuncia de Gay marca un hito en la historia de la institución y plantea preguntas sobre el futuro de la Universidad de Harvard.

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