El ministro de Hacienda de Colombia, Ricardo Bonilla, presentó este miércoles su «renuncia irrevocable«, luego de que el presidente Gustavo Petro le pidiera renunciar en medio de escándalos que involucran a ambas partes. La renuncia se produce en medio de acusaciones sobre malversación de fondos en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD).

Bonilla, quien ha sido señalado como la persona que autorizó el desembolso del presupuesto de la UNGRD, se vio envuelto en acusaciones de coordinar contratos para beneficiar a congresistas a cambio de apoyo en la ampliación del cupo de endeudamiento del Gobierno.

A pesar de las acusaciones, el exministro aún no ha sido formalmente acusado por la Fiscalía y se encuentra bajo investigación.

La renuncia de Bonilla fue solicitada por Petro, su aliado de años, quien defendió inicialmente al ministro ante las acusaciones.

Sin embargo, Petro cambió de opinión y le pidió renunciar argumentando que lo estaban «despedazando» y evitando que se ensuciara en medio de las acusaciones.

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La renuncia se da en medio de un cruce de declaraciones entre ambas partes. Por otro lado, Bonilla ha contraatacado denunciando presuntas presiones indebidas ejercidas por la familia de Petro, incluyendo a su hijo adoptivo Nicolás Alcocer, en la junta de Ecopetrol y en la central hidroeléctrica Urrá.

El exministro ha enviado una carta a la Fiscalía informando sobre posibles hechos ilegales relacionados con contratos en la empresa estatal de petróleo y la hidroeléctrica.

Estos eventos han dejado al descubierto un escenario de acusaciones y tensiones entre el Gobierno colombiano y el exministro de Hacienda, en medio de escándalos de corrupción y malversación de fondos.

Tuit de Petro

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La renuncia de Bonilla y sus acusaciones contra la familia de Petro han generado un clima de incertidumbre en medio de la crisis política que atraviesa el país.

Es necesario seguir de cerca el desarrollo de estos acontecimientos y el impacto que tendrán en la estabilidad política y económica de Colombia.

La renuncia de un alto funcionario del Gobierno y las acusaciones de corrupción ponen en tela de juicio la transparencia y la integridad de las instituciones del país.

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