Una enfermedad de origen desconocido mantiene en alerta máxima a la República Democrática del Congo (RDC), donde se han reportado 382 casos y al menos 71 muertes en una zona remota del oeste del país. El ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba Mulamba, detalló que 27 personas perdieron la vida en dependencias médicas, mientras que otras 44 fueron reportadas como fallecidas por la comunidad en la provincia de Kwango, específicamente en Panzi.

Los síntomas de esta enfermedad incluyen fiebre, dolores de cabeza, secreción nasal, tos, dificultad para respirar y anemia. Según el ministro Mulamba, los menores de cinco años representan cerca del 40% de los casos detectados.

A pesar de la espera por los resultados de las pruebas que ayudarán a establecer un diagnóstico claro en un plazo de entre 24 y 48 horas, se cree que se trata de una enfermedad respiratoria, aunque no se ha determinado si es de origen bacteriano o viral. La falta de capacidad de laboratorio en Panzi ha obligado a enviar las muestras recogidas a una localidad a 500 kilómetros de distancia, retrasando la confirmación de la enfermedad.

El ministro descartó que se trate de un brote de COVID-19 debido a la tasa de mortalidad en torno al 7,5 – 8%, pero reconoce la fragilidad de la población en el área afectada, que sufre altas tasas de malnutrición infantil, sarampión y gripe estacional. Además, la anemia detectada en algunos fallecidos plantea incógnitas sobre su relación con la enfermedad y las condiciones de vida precarias de la región.

Las autoridades congoleñas afirman que los casos comenzaron a registrarse desde octubre, pero la alarma no se recibió hasta finales de noviembre. Un equipo de expertos, incluyendo epidemiólogos, fue enviado rápidamente a la zona para investigar y tomar medidas preventivas.

En cuanto a la respuesta ante esta epidemia, el ministro Mulamba aseguró que se están cartografiando los síntomas para identificar mejor la enfermedad. A pesar de contar con protección contra infecciones y medicamentos, la falta de diagnóstico está dificultando la atención médica adecuada, especialmente en zonas rurales donde escasean los recursos sanitarios.

La Unión Africana enviará un equipo de expertos para colaborar con las autoridades congoleñas en la investigación y control de esta enfermedad. John Kaseya, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África, destacó la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica en el país.

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