En breve… Los republicanos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos iniciaron un proceso de juicio político contra el presidente Joe Biden, alegando una presunta red de corrupción familiar. Sin embargo, esta acción carece de posibilidades de éxito ya que los republicanos no tienen mayoría en el Senado.

A profundidad:

• Los conservadores acusan a Biden de utilizar su influencia mientras se desempeñaba como vicepresidente en el gobierno de Barack Obama para beneficiar a su hijo Hunter y otros familiares en supuestas actividades comerciales irregulares con China.
• El Comité de Supervisión de la Cámara Baja, que está bajo el control de los republicanos desde las elecciones de medio mandato de noviembre de 2022, convocó la primera audiencia para la investigación de un proceso de ‘impeachment’ o juicio político contra Biden.
• El congresista James Comer, quien preside el comité, declaró al inicio de la sesión que los legisladores cuentan con una gran cantidad de pruebas que supuestamente demuestran que el actual presidente abusó de su cargo público en beneficio económico de su familia.

• Se invitó a expertos en Derecho para examinar los aspectos legales relacionados con la investigación, pero no se presentaron ni testigos ni pruebas concluyentes que establecieran una conexión entre Biden y presuntas actividades corruptas.
• La Constitución de Estados Unidos establece que un presidente puede ser destituido de su cargo a través de un juicio político si comete «delitos o faltas graves». Al respecto, los republicanos afirman que, por el momento, el propósito del juicio político no es destituir al presidente, sino ampliar la investigación sobre las supuestas irregularidades.

¿Qué podemos esperar?

• No está claro si el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, cuenta con el respaldo del ala moderada de su partido para destituir a Biden. Además, incluso si el juicio político avanza en la Cámara Baja, deberá ser aprobado por el Senado, donde los demócratas tienen la mayoría, lo que hace que las posibilidades de éxito sean prácticamente nulas.
• No obstante, los demócratas ven esto como una maniobra política destinada a distraer la atención del enfoque judicial que enfrenta el expresidente Donald Trump, quien es considerado un fuerte contendiente para la nominación republicana en las elecciones de 2024.

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