En medio de un escenario de incertidumbre y expectativas moderadas, Rusia ha recibido la noticia de la reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos sin entusiasmo ni preocupación. Las palabras y silencios que circularon en el Kremlin transmiten la idea de que, aunque no haya un sentimiento de entusiasmo por la victoria del republicano, tampoco existe temor ante lo que pueda deparar el futuro de las relaciones bilaterales entre ambos países.
El vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha señalado que es prácticamente imposible que las relaciones entre Rusia y Estados Unidos empeoren aún más, ya que se encuentran en su nivel más bajo de la historia. Peskov dejó entrever que el presidente Vladimir Putin está abierto a un diálogo constructivo con el nuevo presidente estadounidense, basado en la justicia y la igualdad de derechos.
A pesar de que se ha reportado que Putin envió sus felicitaciones de manera extraoficial a través de amigos, el mandatario ruso se espera que exprese su opinión sobre los resultados de las elecciones en Estados Unidos en una próxima intervención en una sesión plenaria del Club Valdai de Discusión.
La cancillería de Rusia se mantiene firme ante la política estadounidense
Por su parte, la Cancillería rusa ha emitido un comunicado en el que expresa que no tienen ilusiones sobre el presidente electo y la nueva composición del Congreso estadounidense, dominado por los republicanos. Se destaca que la política hostil de Estados Unidos hacia Rusia no variará, independientemente del partido gobernante en el país norteamericano.
Rusia ha dejado claro que está dispuesta a trabajar con la nueva administración estadounidense, pero no dudará en defender sus intereses nacionales y seguirá centrada en alcanzar los objetivos que se ha marcado en su operación militar especial en Ucrania. La posición de Moscú es firme y se mantendrá en alerta máxima en caso de que las condiciones acordadas no sean cumplidas por parte de Washington.
Rusia observa la victoria de Trump con una mezcla de expectativas y precaución, sin mostrar ni entusiasmo desbordante ni temor extremo. La relación entre ambas naciones seguirá siendo un punto de atención en la agenda internacional, a la espera de ver cómo se desarrollan los próximos pasos y decisiones del presidente electo de los Estados Unidos.
Te puede interesar: Fracasa la legalización de la marihuana en Florida tras una votación divisiva