Filipinas.- El sur de Filipinas fue azotado el pasado fin de semana por un potente terremoto de magnitud 7,4 en la escala de Richter, causando la muerte de al menos tres personas y obligando a más de 100.000 ciudadanos a abandonar sus hogares. Los daños en viviendas y edificios son significativos, según el último reporte ofrecido por las autoridades locales.

Las víctimas mortales perdieron la vida en la localidad de Jinatúan, ubicada a unos 906 kilómetros de Manila, la capital del país. Además, otras trece personas resultaron heridas por el sismo. La agencia de gestión de desastres de la provincia de Surigao Del Sur, en la región de Caraga, ha establecido más de un centenar de centros de evacuación para albergar a las más de 100 mil personas que se encuentran desplazadas.

Alex Arana, jefe provincial de la agencia de gestión de desastres, comentó que la población aún vive con miedo debido a las constantes réplicas del terremoto. Hasta el momento, se han registrado alrededor de 2.000 réplicas, incluyendo una de magnitud 6,8 que afectó la zona de Caguáit. El Instituto de Sismología y Vulcanología de Filipinas (Philvolcs) ha advertido que se esperan nuevas réplicas en las próximas semanas, aunque con menor intensidad.

La gravedad del terremoto generó una alerta de tsunami para la región del Pacífico, principalmente en la parte oriental de la isla de Mindanao. En Japón, la Agencia Meteorológica emitió igualmente una alerta de tsunami para las costas de las prefecturas de Chiba, Shizuoka y Kagoshima.

La situación en Filipinas es delicada, ya que las autoridades se encuentran realizando labores de rescate y evaluando los daños ocasionados. Tan solo en la provincia de Surigao Del Sur se estima que más de 100.000 personas se encuentran refugiadas en los centros de evacuación habilitados por el Gobierno.

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