Los vecinos de una comunidad argentina advirtieron que “en la zona están robando mucho”. Sin embargo, la familia sospecha que “alguien los vendió” y deslizaron una posible hipótesis porque no encuentran otros motivos ante semejante ataque a sangre fría.

Era sábado cerca de las 20:00. Gisela Vaca (33) llegó a su casa junto a sus cuatro hijos (17, 14, 8 años y dos semanas). Fue a acostar a su bebé y cuando volvió al ingreso para cerrar la puerta, delincuentes la sorprendieron y le pegaron un tiro en la cabeza.

Los menores testigos del horror y, según relató Estela, mamá de la víctima y abuela de los niños, cuando vieron a los ladrones armados fueron a resguardar al bebé recién nacido.

Estela se preguntó conmovida: “¿Por qué tanta maldad?”. Los asaltantes se llevaron un televisor viejo que se les cayó en plena fuga y y un celular. Pero sospecha que fueron en busca de una herencia que cobraron, aunque aclaró que su hija no tenía dinero en la casa.

Nancy, hermana de la mujer baleada, dio detalles de cómo fue el robo: “Los ladrones ingresaron y le decían que les diera la plata. Ella todo el tiempo quería proteger que no pasaran a donde estaban sus hijos. El otro le dice ‘pegale un tiro’ y éste le pega en la cabeza”. “Estos desgraciados no tienen perdón de Dios”, sentenció.

Hace dos semanas, Gisela dio a luz a su cuarto hijo. Ahora se recupera del violento ataque. Fue un solo disparo y directo a la cabeza. La bala quedó alojada en el cráneo.

Por otra parte, los vecinos, que escucharon el estruendo, fueron a auxiliarla y la encontraron tirada en el suelo de la vivienda. La trasladaron al Hospital Florencio Díaz y luego fue derivada en el Hospital de Urgencias. Los profesionales pudieron sacarle la bala y, sin dudas, Gisela Vaca volvió a nacer.

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