Georgia, Estados Unidos.- Elizabeth McAlister, de 80 años, es una activista católica y exmonja que fue condenada por allanamiento en la Base Naval Submarina Kings Bay en St. Marys. Ella y otras seis personas, que forman parte de una organización activista llamada Kings Bay Ploughhares 7, protestaban contra el uso de armas nucleares cuando se colaron en la base.

Los siete miembros del grupo fueron declarados culpables en un tribunal federal en octubre de 2019 por cuatro cargos, incluida la destrucción de bienes y la conspiración.

McAlister cumplió 17 meses tras las rejas mientras esperaba el juicio y fue la primera del grupo en ser sentenciada el 8 de junio de 2020. Un juez decidió otorgarle a McAlister crédito por el tiempo ya cumplido y recibió tres años de libertad condicional. También debe pagar más de 33 mil dólares en restitución.

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Antes de que se dictara la sentencia, la exmonja explicó al juez que sus acciones eran parte de un esfuerzo de por vida contra el desarrollo y uso de armas nucleares.

El Servicio de Noticias de Religión citó parte de su declaración: «He pasado gran parte de mi vida adulta tratando de hablar sobre la amenaza para toda la vida en la Tierra que proviene de nuestras armas de destrucción masiva y nuestras políticas nacionales para continuar tratando de construir más y más armas mortales y destructivas «.

McAlister tampoco se disculpó, afirmando que tenía que seguir su conciencia, ha sido activista durante la mayor parte de su vida y esta no fue la primera vez que viola la ley.

Ella y los otros seis miembros de Kings Bay Plowshares 7 ingresaron ilegalmente a la Base Naval Submarina de Kings Bay el 4 de abril de 2018, día del 50 aniversario del asesinato del Dr. Martin Luther King, Jr.

Las siete personas que irrumpieron en la base incluyeron a McAlister, O’Neill, Stephen Michael Kelly, Mark Peter Colville, Martha Hennessey, Clare Therese Grady y Carmen Trotta.

Llevaron botellas de su propia sangre, que vertieron en varios sitios alrededor de la base. Usaron pintura en aerosol para escribir graffitis contra la guerra en el Edificio de Servicios de Ingeniería de Atlantic Weapons Facility, Atlantic. También usaron martillos para golpear una exhibición de misiles.

La exmonja en el centro de detención del condado de Glynn en Brunswick, Georgia. Ella se negó a aceptar condiciones de fianza y permaneció tras las rejas durante 17 meses. Fue liberada en septiembre de 2019 después de que un juez decidió que no necesitaba usar un monitor de tobillo.