Tras el terremoto en China, que causó la muerte de al menos 134 personas según un recuento actualizado, los sobrevivientes se refugian en tiendas de campaña debido a la ola de frío que afecta el norte del país.
El sismo, de magnitud 6,2 según la agencia estatal Xinhua, ocurrió en la provincia de Gansu y provocó desplazamientos masivos, con 87,000 personas trasladadas a refugios temporales solo en esa provincia.
A pesar de la conclusión de las operaciones de búsqueda y rescate, la principal tarea ahora es atender a los heridos y reubicar a las personas sin hogar, según las autoridades locales.
El papa Francisco expresó sus condolencias, y las condiciones meteorológicas extremas, con temperaturas polares descendiendo hasta -17 ºC, plantean nuevos desafíos para las comunidades afectadas.
En las zonas afectadas, como el condado de Jishishan en Gansu, las familias se refugian en tiendas de campaña, y algunas personas expresan temor de regresar a sus hogares dañados por el terremoto.
Además, las temperaturas extremadamente bajas complican la situación, y se espera que las condiciones climáticas empeoren en los próximos días.
Las autoridades han desplegado recursos de rescate y suministros de emergencia, incluyendo tiendas de campaña, abrigos y camas plegables, pero la preocupación por la supervivencia aumenta con las condiciones climáticas adversas.
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