Una increíble historia protagoniza una pareja en Estados Unidos, la que no está ajena a los prejuicios de sus familiares y amigos, pero que al fin y al cabo es una muestra de amor.

Tras la temprana muerte de su esposo por una sobredosis de drogas en octubre de 2015, una mujer contrajo matrimonio con su cuñado; es decir, con el hermano mayor de su fallecido marido.

Mantuvieron su relación en secreto durante años e incluso tuvieron dos hijas, las que se sumaron a los dos retoños que previamente tenía la joven. Muchos les dieron la espalda, pero la suegra de la protagonista —que siempre ha sido la misma— les terminó dando su apoyo.

Drogadicción y muerte en su primer matrimonio

Kaitlin Norton estaba cursando la educación primaria cuando conoció a Aaron Smith. A los 18 años de edad tuvieron su primera cita, en la que abusaron del consumo de medicamentos sin receta médica.

Cuando quedó embarazada, suspendieron esta dañina práctica, la que luego retomaron a los seis meses de haber dado luz a su primer hijo: «Pasamos a drogas más duras. Nos gustaba pelear mucho cuando nos drogábamos», relató la mujer .

La pareja sentía que sus personalidades se trastornaban mientras estaban drogados y no tenían conciencia sobre sus actuaciones, las que incluyeron robos para costear sus adicciones. Así continuaron hasta que Norton decidió ingresar a rehabilitación.

Aaron la seguía contactando mientras estaba intoxicado, así que ella pidió no recibir más llamadas: «Nunca pude imaginar no estar con él, pero luego, una vez que nos separamos y estaba en rehabilitación, pensé que estaría bien si estábamos separados«, detalló en la entrevista.

Sin embargo, todo cambió una semana antes de que Kaitlin fuera dada de alta. El 13 de octubre de 2015, su esposo murió por una sobredosis a sus 22 años de edad, lo que causó una enorme pena en ella, pero también un sentimiento de tranquilidad de que hizo lo correcto para su autocuidado.

La historia de amor con su cuñado

Tras recibir una llamada telefónica de su cuñado, la mujer admitió que ello fue reconfortante, porque le hizo recordar la voz de su marido.

En los días siguientes, Rory —el hermano mayor del joven fallecido— comenzó a frecuentarla durante los fines de semana para acompañarla en el proceso de duelo y apoyar a sus sobrinos. Esas visitas cimentaron una posterior relación amorosa.

«No queríamos que pensaran que no nos importaba Aaron», señaló el hombre, al abordar los temores que tenían como pareja de revelar su amor a sus cercanos.

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