El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este martes que se comprará «un Tesla nuevo» como muestra de apoyo a su asesor y propietario de la marca de automóviles eléctricos, Elon Musk. La afirmación se produjo después de la controversia generada por la cercanía del empresario con el mandatario y su involucramiento en la política estadounidense.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha confiado en Musk para llevar a cabo una estrategia destinada a recortar el gasto del gobierno federal. Sin embargo, esta iniciativa ha enfrentado críticas y rechazo tanto de algunos legisladores como de decisiones judiciales en contra.

El involucramiento de Musk en la política ha generado preocupación entre los inversores de Tesla, quienes temen que la relación cercana entre el empresario y Trump, así como su vinculación con grupos de extrema derecha en Europa, puedan afectar negativamente la imagen de la compañía y su relación con los consumidores.

Esta preocupación se ha reflejado en una caída de las acciones de Tesla, que descendieron más del 15% en Wall Street el lunes, en medio de una fuerte caída de las bolsas estadounidenses atribuida a la política arancelaria de Trump.

A pesar de las críticas, Trump salió en defensa de Musk a través de su cuenta en Truth Social, elogiando su trabajo y acusando a los «lunáticos de izquierda radical» de intentar «boicotear ilegalmente» a Tesla, una de las mayores compañías de automóviles del mundo.

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