Venecia, la hermosa ciudad lacustre considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO, ha anunciado un nuevo plan piloto para cobrar un monto extra a los turistas que visiten la ciudad durante la temporada alta. El objetivo de esta medida es reducir las multitudes, fomentar estadías más prolongadas y mejorar la calidad de vida de los habitantes.

El alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, enfatizó que esta tarifa no debe considerarse como un impuesto al turismo ni como un intento de aumentar la recaudación fiscal. Más bien, se trata de un experimento sin precedentes para regular el flujo de turistas en uno de los destinos más visitados del mundo, alentando a los visitantes a evitar los periodos más concurridos.

El plan consiste en cobrar a los excursionistas una tarifa de cinco euros (5.45 dólares) por entrar a la ciudad durante los fines de semana de abril a mediados de julio, en horarios de mayor afluencia, de 8:30 am a 4:30 pm. Sin embargo, aquellos turistas que lleguen para cenar o asistir a un concierto no estarán sujetos al pago de esta tarifa.

Es importante destacar que algunos grupos de personas estarán exentos de pagar esta tarifa, entre ellos los habitantes de la ciudad, los nacidos en Venecia, estudiantes, trabajadores y turistas con alojamiento reservado.

Para implementar este sistema, se ha habilitado el sitio web www.cda.ve.it , en que los visitantes podrán «reservar» su día en Venecia y recibir un código QR que deberán presentar en la estación ferroviaria principal y en otros puntos de acceso a la ciudad.

Los turistas con alojamiento reservado también recibirán un código QR sin tener que pagar la tarifa, ya que esta estará incluida en la cuenta del hotel como una tarifa municipal de alojamiento.

Esta medida ha sido tomada en respuesta a la presión de la UNESCO y los defensores del medio ambiente, quienes han advertido sobre los peligros del turismo excesivo para el frágil ecosistema de Venecia. Además, la ciudad ha tenido que hacer frente al éxodo de sus habitantes hacia tierra firme y la prohibición del paso de grandes buques de crucero frente a la famosa Plaza de San Marcos y por el canal Giudecca.

Aunque algunos podrían interpretar esta tarifa como un desincentivo al turismo, el alcalde Brugnaro asegura que su objetivo es administrar mejor el flujo de visitantes y garantizar la sostenibilidad tanto para los turistas como para los habitantes de Venecia.