Charles Chaplin, el genio que regaló humor al mundo
16/04/2020 - Hace 5 años en InternacionalCharles Chaplin, el genio que regaló humor al mundo
Charles Spencer Chaplin, nació un día como hoy 16 de abril de 1889 en la ciudad de Londres, Inglaterra, considerado uno de los mayores exponentes dentro del humor y la comedia física en el cine. Charles Chaplin fue más que el protagonista de grandes clásicos como “Tiempos Modernos”, “El Chico” y “El Gran Dictador”, fue director, guionista, productor, montador y músico, todo esto embebido con lo que le dejó una crianza en condiciones de extrema precariedad, una madre con trastornos mentales y un padre ausente.
Chaplin supo mostrar a través de sus películas una situación que muchos otros querían ocultar: la marginalidad, la opresión de los obreros, los desclazados, entre otras problemáticas sociales y culturales. El cine se innovó gracias al talento y la mirada de Charles, además de aprender de su forma tan particular de ver las cosas, siempre buscándole el lado positivo.
Sus inicios
Las tres primeras décadas del siglo XX presenciaron el nacimiento y esplendor del cine mudo y la aparición de talentosos actores y cineastas que gozaron de una inmensa popularidad. De todos ellos, ninguno llegaría a alcanzar un reconocimiento tan unánime entre el público y la crítica como el británico Charles Chaplin (1889-1977), considerado uno de los grandes genios de la historia del séptimo arte.
Creador del tierno y humanísimo Charlot, personaje más universal si cabe que el mismo actor y cineasta, Charles Chaplin sobrepasó en su filmografía de madurez la idiosincrasia meramente lúdica del género cómico para transmitir al público su perspectiva crítica sobre el capitalismo salvaje, el auge de los totalitarismos y la deshumanización del mundo moderno. La profundidad de tales cargas, cuya vigencia comprobamos al revisitar sus películas, llegaron a ponerlo en el punto de mira de la “caza de brujas” estadounidense, hasta el punto de forzar el regreso a su país: ningún hecho ilustra mejor su insobornable condición de artista comprometido.
Los padres de eran cantantes y actores de variedades de origen judío que, en su momento, alcanzaron un razonable éxito. Especialmente la madre, Hannah Hili, hija de un zapatero, menuda, graciosa y con una agradable voz. El niño nació a las ocho de la tarde del 16 de abril de 1889 en la calle londinense de East Lane, Walworth.
No era un buen momento para la familia. El padre, Charles, había abandonado el hogar en pos de su afición alcohólica, y Hannah se vio obligada a mantener por sí sola a sus hijos Sydney y Charles. Estaba en la cumbre de su carrera artística con el pseudónimo de Lily Harvey, pero comenzaba a fallarle la voz. En 1894, durante una función en Aldershot, su gorjeo se quebró en medio de una canción. El empresario envió a escena al pequeño Charles, de cinco años, que imitó la voz de Lily incluyendo el desfallecimiento final, para gran diversión del público. Ése fue su debut artístico.
El fracaso y la falta de dinero trastornaron la salud mental de Hanna Hill, que comenzó a dar muestras de extravío. Ella y los niños pasaron a vivir en el asilo de la calle Lambeth. Sydney y Charlie asistieron un tiempo a la escuela para niños pobres de Hanwell, sufriendo su severa disciplina y las burlas de los niños más afortunados. En 1896 el estado de Hannah obligó a recluirla en un sanatorio frenopático. Al año siguiente, Charlie se unió a los Eight Lancashire Lads (Los ocho muchachos de Lancashire), un grupo de actores juveniles aficionados que hacían giras por los pueblos. Más tarde formó parte de otras compañías ambulantes, ya profesionales aunque muy modestas. En 1898 murió el padre, mientras Charlie Chaplin era ya un experto actor infantil.
Una historia a la cima
En 1901, con doce años, representó el rol de protagonista en Jim, the Romance of a Cockney, y cuatro años más tarde realizó una gira con The Painful Predicament of Sherlock Holmes. El año 1906 fue afortunado para el joven cómico. Se inició con un contrato en el Casey Court Circus como una de las primeras atracciones, y finalizó con otro contrato para la célebre compañía de pantomimas de Fred Karno, en la que también actuaba Stan Laurel.
A los diecinueve años Charlie vivió el primero de sus numerosos e intensos romances, al enamorarse perdidamente de la joven actriz Hetty Kelly. Con Fred Karno el futuro Charlot había perfeccionado y diversificado sus notables recursos mímicos, y el director lo incluyó en la troupe que realizaba una gira a París en 1909 y al año siguiente otra de seis meses por Estados Unidos. Fue la época en que Mack Sennett obtuvo un gran éxito con sus filmes cortos de bañistas y policías, basados en corridas, gesticulaciones exageradas, palos y peleas con tartas de crema. Sennett adivinaba las posibilidades cinematográficas de la mímica más refinada y compleja de Chaplin, y cuando éste realizó su segunda gira en 1912 lo convenció para que se incorporase a su productora, la Keystone.
Charlie Chaplin llegó a Hollywood en la primavera de 1913, y comenzó a trabajar en noviembre. El 2 de febrero de 1914 se estrenaba su primera película, Making a Living (Ganándose la vida, también conocida como Charlot periodista). En ese mismo año rodó 35 films de un rollo (cortos de entre doce y dieciséis minutos de duración), escritos y dirigidos por Sennett, el propio Charles u otros directores. Todavía sus caracterizaciones eran sólo esbozos del vagabundo ingenuo y sentimental que le daría fama en todo el mundo, pero como Chaplin interpretaba en cada uno un oficio o situación distinta, se los bautizaría luego como Charlot bailarín, Charlot camarero, Charlot de conquista, Charlot ladrón elegante, etc.
El éxito fue arrollador, y en 1915 la productora Essanay le robó a Sennett su estrella por un contrato de 1.500 dólares a la semana, una cifra fabulosa para un cómico de cine mudo, que en Keystone venía cobrando diez veces menos.
En todos ellos Chaplin era el protagonista absoluto (en alguno en rol femenino), y en la mayoría su partenaire era Edna Purviance. Cabe recordar A Night in the Show, The Champion, A Night Out y sobre todo The Tramp (El vagabundo), en la que redondeaba el personaje que luego se conocería como Charlot. Él mismo contaría después que fue escogiendo casi al azar -como lo haría un vagabundo real- el sombrero, el bastón, los anchos pantalones, la chaqueta estrecha y los zapatones. El resultado fue el atuendo más famoso y perdurable en la historia del cine.
La celebridad de Chaplin y su personaje era ya universal (el nombre de Charlot se lo daría en 1915 el distribuidor de sus filmes en Francia). A principios de 1918 la First National contrató a Charlie Chaplin por la cifra récord de un millón de dólares anuales. Fue también el año de la primera de sus bodas con jovencitas casi adolescentes. Su matrimonio con la actriz secundaria de diecinueve años Mildred Harris, celebrado el 23 de octubre, duraría hasta 1920; el divorcio le costó a Charles 200.000 de sus preciosos dólares.
En 1932 realizó un nuevo y extenso viaje a Europa, donde en una recepción conoció a la actriz francesa Paulette Goddard. Ambos prosiguieron juntos el itinerario de lo que llegó a ser una gira mundial, y al año siguiente Paulette sería su pareja en el último film de la trilogía: Modern Times (Tiempos modernos), una ácida parábola sobre las tiranías y miserias del maquinismo y del capitalismo, y, en definitiva, sobre la modernidad originada por el abrumador triunfo de la Revolución Industrial.
Al desatarse la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana sobre Europa, Chaplin filmó, en 1940, The Great Dictator (El gran dictador), una divertida y feroz parodia del nazismo en la que el actor se desdoblaba en un Charlot transformado en peluquero judío y en un Hitler mitómano y paranoico que anunciaba la disposición de Chaplin a encarnar nuevos roles, sin bombín ni zapatones. Lo acompañaba la Goddard, cuyo personaje llevaba el nombre de la madre de Charles (Hannah), fallecida en 1928.
Ya octogenario, Chaplin tenía todavía ánimo y energías para escribir y rodar una última película, A Countess from Hong Kong (La condesa de Hong Kong, 1966). Pese a contar con dos protagonistas de lujo como Sophia Loren y Marlon Brando, y al propio director en el rol menor de un camarero, el filme no tuvo éxito y quizá no lo merecía. La mano maestra de Chaplin conservaba cierta elegancia, pero el tema era trivial y el estilo claramente anacrónico. El anciano creador debió de advertirlo, porque no volvió a insistir.
Charles Chaplin vivió todavía una década en su refugio de Vevey, rodeado de sus hijos y acompañado por la leal Oona. En 1972 aceptó un breve retorno triunfal a Hollywood para recibir un Oscar por la totalidad de su obra. En 1976 Richard Patterson rodó The Gentleman Tramp (El vagabundo caballero), inspirada en su autobiografía, que incluía escenas familiares en Vevey filmadas por el director de fotografía español Néstor Almendros. Otro español, el cineasta Carlos Saura, se casó con Geraldine, la hija de Oona más consecuente con el oficio de su padre.
Al momento de la llegada del cine sonoro, Charles no quería dar el brazo a torcer ya que consideraba que el sonido perjudicaría el lenguaje cinematográfico. Con este pensamiento escribe Luces de la Ciudad, su última película muda. Años después lanza lo que sería su obra maestra Tiempos Modernos, en donde se despide de aquel personaje vagabundo.
Aunque sea difícil de creer, Chaplin sólo ganó un Oscar en toda su carrera, y fue a la mejor música, por Candilejas. Sin embargo, en el año 1972 finalmente la academia de Hollywood le otorga el Oscar honorífico por toda su carrera. Al subir al escenario, Chaplin de 83 años, recibió una ovación de doce minutos por parte de los presentes.
El creador de Charlot murió a los ochenta y ocho años, el día de Navidad de 1977. Dejaba un total de 79 películas filmadas en más de cincuenta años de actividad como actor y director. En la casi totalidad de ellas fue también autor del guión, y del diálogo y la música en las sonoras. Además de las ya mencionadas, cabe agregar Carmen (1916), según la novela de Prosper Mérimée; The Vagabond (El vagabundo), 1916; A Day’s Pleasure (Un día de juerga), 1919; Pay Day (Día de paga), 1922, y The Pilgrim (El peregrino), 1923, entre las más apreciadas por la crítica y celebradas por el público.
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