La cantante estadounidense Lana del Rey ofreció un emotivo concierto en el festival de Glastonbury, en Inglaterra, pese a que la organización le cortó el sonido por llegar tarde al escenario.

La artista, que presentaba su último álbum “Blue Banisters”, se retrasó unos 20 minutos en su actuación prevista para las 10:30 p.m. del sábado, lo que provocó que se excediera del horario permitido por el festival.

Sin embargo, sus miles de fans no se dejaron amedrentar por el silencio y corearon a capela su canción “Video Games”, que cerraba el espectáculo. Lana del Rey se mostró emocionada y agradecida por el gesto y siguió cantando con ellos hasta el final.

Varios asistentes al festival captaron el momento y lo compartieron en las redes sociales, donde se hizo viral y recibió numerosos elogios hacia la cantante y su público.

Lana del Rey es una de las artistas más populares y aclamadas de la actualidad, con más de 20 millones de discos vendidos y seis nominaciones al Grammy. Su estilo musical combina elementos del pop, el rock, el indie y el folk.

El festival de Glastonbury es uno de los más importantes y multitudinarios del mundo, con más de 200.000 personas que acuden cada año a disfrutar de la música en vivo. Este año contó con la participación de otros artistas como Coldplay, Ed Sheeran, Billie Eilish y Kendrick Lamar.

Según algunos medios, la razón por la que Lana del Rey llegó tarde a su concierto fue que se demoró mucho peinando su cabello.

La cantante se disculpó con el público y dijo que estaba “furiosa” por tener que apurar su set,debido al retraso, Lana del Rey no pudo interpretar las últimas seis canciones de su lista, entre las que se encontraban éxitos como “Venice Bitch”, “Summertime Sadness” y una canción inédita llamada «Bittersweet Anthem».

A pesar del incidente, Lana del Rey demostró ser una gran profesional y una de las autoras más originales e innovadoras del pop moderno. Su actuación fue calificada por The Guardian como “una gira estupenda por su discografía” y «un show artísticamente coreografiado que camina una línea peligrosa entre la intimidad desconcertante y la grandeza del estadio».

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