La huelga de escritores ha paralizado Hollywood durante meses, deteniendo producciones en cine y televisión debido a la negativa de guionistas a escribir hasta lograr un acuerdo con los estudios.

Ahora, más de 170 mil actores también se unen a la causa, exigiendo mejoras en sus condiciones laborales, incluyendo un seguro de salud mínimo y salarios justos.

Los actores están en huelga contra estudios como Sony, Disney, Netflix y Amazon, donde los altos sueldos de los ejecutivos contrastan con la precaria situación de los actores.

El actor Sean Gunn, de Guardianes de la Galaxia, ha sido vocal en su crítica al CEO de Disney, Bob Iger, quien menospreció la posibilidad de una huelga.

Gunn señala que los ejecutivos ganan ahora 400 veces más que los trabajadores de menor rango, lo que considera una vergüenza moral y ética.

La huelga se consideraba inevitable, y las exigencias incluyen mejores salarios y protección contra el uso de inteligencia artificial en la industria.

Fran Drescher, presidenta de SAG-AFTRA, también rechazó los comentarios de Iger, acusándolo de estar desconectado de la realidad.

Además de salarios justos, los actores exigen protección contra el uso de inteligencia artificial en la industria. Los estudios buscan obtener derechos sobre las imágenes de los actores sin ofrecer compensación adecuada.

El sindicato denuncia propuestas que permitirían a las empresas usar escaneos de los extras indefinidamente sin su consentimiento ni pago adecuado.

La lucha de los actores busca obtener contratos que reflejen los cambios en la industria, donde algunos actores reciben grandes sumas, mientras otros, especialmente los que tienen papeles pequeños, luchan por vivir exclusivamente del negocio.

A pesar de que la industria mueve miles de millones de dólares, los actores sienten que reciben una parte ínfima de esos ingresos y buscan una distribución más justa de la riqueza generada por su trabajo.

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