Así como puedes detectar una brujería a través de olores distintos, también hay sabores que te ayudan a saber si un plato de comida que te sirvieron está lleno de malas energías.

“No hay nada más peligroso que la brujería cuando comes algo, porque se hace más fuerte”

Si te han servido un plato de comida en una casa ajena, ese es el primer motivo para sospechar que esos alimentos pueden contener algún tipo de brujería.

Los hogares de familiares o amigos donde sientes el ambiente pesado, hay aires de envidia, conflictos familiares, personas o mascotas enfermas, desorden o acumulación de suciedades, son más propensos a darte una comida repleta de energías negativas.

En cuanto sientas un sabor muy penetrante, lo más recomendable es que no te la comas. Finge un malestar estomacal, falta de apetito, alguna alergia o invéntate una excusa para ausentarte de la mesa.

Aunque pueda ser descortés, es mucho más sano que seguir comiéndote ese plato.

Qué pasa si me trago una comida con brujerías

Podrías empezar a sentirte mal físicamente, tu estado de ánimo decae, te invade una tristeza sin motivo aparente, te sientes fatigado y quizás experimentes molestias estomacales.

En caso de que te suceda, lo más recomendable es que te hagas la limpieza del huevo, ideal para sacarte malas energías del cuerpo.

Toma en cuenta que no necesariamente esas brujerías fueron puestas a propósito en tu comida.

Si la cocina de esa casa y otros espacios están llenos de malas energías, es evidente que alcanzará los alimentos que te sirvieron en el plato.

Además, nunca debes cocinar cuando sientes enojo o tristeza, y quizás esa persona lo hizo.

Cuando visites estos hogares, te recomendamos también llevar un amuleto de protección, como un ojo turco o una piedra turmalina negra, que pueden ayudarte a bloquear malas energías.

Sin embargo, es más complicado cuando un alimento embrujado entra por tu garganta.

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