La sal es ampliamente utilizada en los rituales de protección debido a sus propiedades energéticas, a pesar de las creencias supersticiosas que la asocian con la mala suerte. Desde una perspectiva esotérica, este mineral no se considera desafortunado.

Desde tiempos antiguos, la sal ha sido empleada como un poderoso protector contra los malos espíritus, y esta creencia se ha transmitido de generación en generación. En la actualidad, se utiliza en muchos hechizos de magia blanca.

Por ejemplo, se cree que colocar una pizca de sal en las esquinas de la casa ayuda a mantenerla protegida de las energías negativas. Asimismo, disolver dos cucharaditas de sal en un vaso de agua y lavarse las manos con esta mezcla se considera una forma de deshacerse de la mala suerte.

La sal posee propiedades energéticas particulares que la convierten en un poderoso purificador de energías negativas y limpiador espiritual de los ambientes. Este mineral tiene la capacidad de absorber las energías del bajo astral y crear un escudo protector contra ellas.

Un ritual con sal para proteger el hogar es bastante sencillo y consta de dos partes. En la primera parte, se mezclan dos cucharadas de sal marina en un recipiente con agua. Con esta preparación, se limpian las puertas, ventanas y pisos de la casa.

Una vez finalizada la limpieza, se coloca una pizca generosa de sal en las cuatro esquinas principales de la casa y detrás de la puerta principal. Luego, se barre estos montoncitos de sal, comenzando desde la habitación más lejana y terminando en la entrada de la casa.

Finalmente, se recoge toda la sal y se entierra en una maceta, jardín o parque cercano, para que la naturaleza se encargue de transmutar la energía.

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