El problema de la basura electrónica parece seguir batiendo récords año tras año. 2022 no será la excepción y las previsiones en cuanto a desechos no son nada alentadores.

En un reporte publicado por WEEE Forum, se estima que este año se tirarán a la basura más de 5.3 mil millones de teléfonos en todo el mundo. Esta cifra representa una tercera parte de todos los dispositivos de este tipo que hay actualmente en funcionamiento, aproximadamente unos 16 mil millones.

Una de las principales preocupaciones respecto a los smartphones es la presencia de materias raras. Elementos como el oro, cobre, plata o paladio se encuentran en cantidades mínimas en cada dispositivo. Pero cuando llevamos la escala al nivel macro, la cantidad de material que se puede recuperar crece exponencialmente.

«Si estos metales no se reutilizan, tendremos que extraerlos de países como China o el Congo. Solo incrementaríamos más la cantidad de contaminación.» Declaró en una entrevista Pascal Leroy, director general del WEEE Forum.

Sin embargo, la cantidad de basura generada por los teléfonos no es nada con el que suman el resto de los dispositivos electrónicos. Según estimaciones, desde 2020 hemos generado más de 44 mil millones de toneladas en basura electrónica. Un número alarmante que crece cada vez más rápido.

El informe también aclara que las regiones con mayor aportación a la basura este año son el continente europeo y Asia. Ambos concentran la mayoría de los celulares desechados año con año.

De acuerdo con el e-waste monitor, las razones principales por las cuales la gente se deshace de sus dispositivos es por la obsolescencia. Aunque cabe matizar que en la mayoría de los casos es una idea inducida por los propios fabricantes de estos productos.

El reporte cierra con una petición para extender la vida útil de los dispositivos que utilizamos y solo cambiarlos en caso de ser absolutamente necesario.

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