San Judas Tadeo es considerado “el patrón de las causas difíciles”, o incluso imposibles. A San Judas Tadeo se le atribuyen múltiples milagros, sobre todo, relacionados con la curación de enfermedades.

Sus fieles aseguran que tiene un poder milagroso para resolver todos los problemas.

En México, se trata de uno de los santos más populares y querido entre la comunidad católica. Sin embargo, hay quienes aseguran que es tanto el afecto, que en ocasiones puede llegar a convertirse en fanatismo.

Autoridades de la Iglesia Católica señalan que en algunas ocasiones se comete el error de enaltecer de más a los santos. Como es el caso de San Judas Tadeo.

Ante ello, se han enumerado los siguientes errores que se deben evitar:

Un santo no hace milagros, es un intercesor.- Llaman a tomar en cuenta que los santos solamente son intercesores entre Dios y nosotros. Si se encomienda frecuentemente a este santo, y le pides que interceda por ti, a través de tus oraciones, ten la certeza de que él aboga por ti, por el simple hecho de estar más cerca de Dios.

No se debe confundir el culto a su imagen.- Algunas prácticas erróneas conducen a caer en la ignorancia de lo que realmente enseña la iglesia. La imagen se este santo no puede hacer nada por ti y confundirte no te da la fe que buscas, sino que va más allá de eso.

Es como una fotografía que tienes de tu familia, no estás enamorado del papel que la representa, tampoco de lo bien que se ven en la foto, sino lo que representan para ti, las personas retratadas en ella.

No deben darle más poder que a Dios.- Se pide no restarle poder al único y verdadero rey del universo. No seamos de las personas que le quitan poder a Dios y no asisten a misa durante todo el año, pero que no pueden faltar a la celebración de este santo.

Falsas cadenas de oración.- Con frecuencia circulan en distintos medios supuestas “Cadenas o Novenas Milagrosas a San Judas Tadeo”. Incluso se exhorta a compartir el contenido a un número determinado de personas para en determinado momento obtener bendiciones. En contraparte, se amenaza con males a quienes rompan su circulación.