Con la intención de hacer conciencia sobre el peligro que involucra el uso de pirotécnica o pólvora, recordamos el trágico hecho ocurrido hace dos años donde una cebollita de pólvora acabó con la vida de dos pequeños hermanitos.

“Por una cebollita, mis hijos perdieron la vida”, fueron las palabras desgarradoras que hizo la señora Teresita de Jesús Alvarado Gutiérrez, madre que perdió a sus dos hijos en diciembre del año 2018 en Navolato, Sinaloa.

La señora Gutiérrez, había dejado a sus dos hijos, María José de once años, y a Misael de siete años, en el segundo piso de su vivienda, ubicada en Barrancos. Los niños se quedaron en casa mientras sus padres se encontraban trabajando, cansados de acompañarlos al negocio, y mientras la madre entregaba un pedido cerca de la zona, los niños se quedaron a descansar en la vivienda del Infonavit.

Ese mismo día, ya por la tarde, vecinos de los hermanitos se encontraban en la calle jugando con cebollitas, que aunque estas parecieran inofensivas, uno de estos cohetes salió disparado a la planta baja del edificio donde se encontraban los hijos de la señora Teresita, lo que provocó un incendio que se propagó por toda la vivienda.

Cuando la madre regresó a su casa, se dio cuenta de la tragedia, sus hijos habían muerto en el incendio. A las afueras del domicilio se encontraban los servicios de emergencias; los bomberos, policías y paramédicos, quienes mencionaron en su momento, que hicieron todo lo posible por apagar el incendio y rescatar a los niños, pero fue demasiado tarde.

Los padres de las dos víctimas recuerdan que María José y Misaelito tenían prohibido jugar con pirotecnia porque no son juguetes, sino objetos muy peligrosos. Para la pareja, un cohete era como ponerle un arma en las manos de sus hijos. Lo que al fin de cuentas terminó por arrebatarles la vida.

La familia implora a los padres de familia a tener cuidado con los niños y no permitirles jueguen con este tipo de pirotecnia, que como este caso son muchos los casos de accidentes que han terminado en quemaduras, pérdida de alguna extremidad y peor aún en la muerte, como fue este hecho ocurrido en Navolato, Sinaloa.

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