El café, esa bebida que muchos consideran esencial para comenzar el día, está viviendo una crisis que ya empieza a tocar los bolsillos de los consumidores de todo el mundo. En 2025, el precio del grano alcanzó niveles históricos debido a una combinación de factores climáticos, económicos y geopolíticos que están alterando la cadena de suministro global. Desde las fincas de Brasil hasta las cafeterías en tu ciudad, la crisis cafetera se está sintiendo con fuerza y, según los expertos, los precios seguirán subiendo.

El clima extremo: El principal culpable del alza en los precios

La raíz de este incremento histórico radica en los fenómenos climáticos extremos que han afectado a los principales productores de café. Brasil, el mayor productor de café arábica en el mundo, sufrió una sequía histórica seguida por lluvias torrenciales, lo que compremetió gravemente su producción para 2025. Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), se espera que la cosecha de este año sea una de las más bajas en una década.

A su vez, Vietnam, otro gigante cafetero, ha visto afectada su producción de café robusta por sequías prolongadas y lluvias fuera de temporada. Estos cambios climáticos no solo han reducido la cantidad de café disponible, sino que también han impactado negativamente en la calidad del grano, lo que ha incrementado aún más la escasez a nivel mundial.

Las tensiones geopolíticas y los conflictos comerciales

Los problemas no solo se limitan al clima. Las tensiones comerciales y políticas también han influido en el aumento de los precios del café. A principios de año, Estados Unidos amenazó con imponer un arancel del 25 % a las importaciones de café colombiano, en el marco de una disputa sobre estándares laborales. Aunque esta medida fue retirada tras negociaciones diplomáticas, el temor a futuras interrupciones en la cadena de suministro disparó los precios en los mercados internacionales, especialmente en la Bolsa de Nueva York.

Por otro lado, la inestabilidad política en países productores clave como Etiopía también ha dificultado las exportaciones, lo que agrava aún más la escasez en el mercado global. Esta incertidumbre política ha generado especulación en los mercados financieros, elevando aún más el precio del café.

Mayor demanda global y una oferta limitada

A pesar de los problemas de producción, la demanda de café sigue en aumento. En países asiáticos como China e India, el consumo ha crecido de manera constante durante la última década, con China experimentando un aumento anual superior al 20 % en el consumo de café. Este auge en el consumo ha presionado aún más la oferta, que ya estaba limitada por los problemas climáticos y geopolíticos, exacerbando el desequilibrio entre producción y demanda.

¿Cómo afecta esto a los consumidores y productores?

El impacto de estos aumentos en los costos ya se refleja en las cafeterías y mercados de todo el mundo. En lugares como Mérida, Ciudad de México, Madrid y Tokio, el precio del café molido, las cápsulas y el café para llevar ha aumentado entre un 15 % y un 30 % en lo que va del año. Las empresas cafeteras han tenido que ajustar sus tarifas, mientras que los pequeños productores se enfrentan a un dilema: absorber el costo más alto o perder clientes.

Aunque los productores en países como Brasil, Colombia, Etiopía, Kenia, Vietnam e Indonesia han visto aumentos en los costos de producción, no todos han logrado trasladar estos aumentos al consumidor de manera inmediata, lo que ha generado una tensión entre productores, distribuidores y cafeterías.

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