En una jornada marcada por el pánico y la incertidumbre, la bolsa de Nueva York abrió con fuertes caídas este lunes, siguiendo la tendencia global de desplome en los mercados bursátiles.

El índice Dow Jones se desplomó cerca del 3%, el Nasdaq cayó un 5.50% y el S&P 500 retrocedió un 4% en los primeros intercambios en Wall Street. Estas caídas se originaron a raíz de los temores de una posible recesión en Estados Unidos y el fortalecimiento del yen, que generaron un clima de incertidumbre y miedo entre los inversores.

A medida que los datos del mercado laboral en julio en Estados Unidos mostraban señales de debilidad, los analistas de Pantheon Macroeconomics advirtieron que la Reserva Federal había tardado en reaccionar al mantener sin cambios sus tasas de interés.

La Fed, el banco central estadounidense, ha mantenido sus tasas de interés en niveles históricamente altos (5.25-5.50%), lo que ha generado preocupación en los mercados financieros y una mayor aversión al riesgo entre los inversores.

Tasas de interés elevadas suelen desalentar el consumo y la inversión, lo que a su vez puede impactar de manera negativa en la economía.

En Wall Street, todas las acciones del Dow Jones mostraban números en rojo, con gigantes tecnológicos como Alphabet, Netflix y Meta registrando pérdidas de hasta un 4%.

Mientras tanto, en Europa, las principales bolsas también abrieron a la baja, afectadas principalmente por los valores bancarios y tecnológicos. En Asia, la situación fue aún más grave, con desplomes significativos en los mercados bursátiles.

El Nikkei 225 en Tokio sufrió una caída del 12.4%, batiendo récords de pérdidas que se remontaban al colapso bursátil de octubre de 1987. Taiwán cayó más de un 8%, Seúl más de un 9% y las bolsas chinas también registraron descensos moderados.

En América Latina, la bolsa de Sao Paulo, considerada la mayor de la región, también se vio afectada, con su índice iBovespa cayendo un 1.44%. Estos resultados reflejan la magnitud de la turbulencia y la volatilidad en los mercados financieros a nivel global, que han generado preocupación entre los inversores.

Se sabe que uno de los detonantes fue un informe de empleo en Estados Unidos, publicado el viernes, que hizo caer «las acciones y los rendimientos de los bonos» en Wall Street, explicó Stephen Innes, analista de SPI Asset Management. Además, la tasa de desempleo estadounidense subió en julio más de lo que se tenía previsto, hasta 4.3%. Es la tasa de paro más alta en el país desde octubre de 2021.

Según los informes, otro de los factores de esta volatilidad se debe a una posible retaliación iraní tras la muerte de uno de los miembros de más alto perfil de Hamás y Hezbolá, atribuidas a Israel.

La volatilidad en los mercados financieros y la inestabilidad económica a nivel mundial han puesto a prueba la capacidad de los inversores y las instituciones financieras para adaptarse a un entorno cada vez más incierto y cambiante.