Estados Unidos ha expresado su condena enérgica hacia el atentado terrorista que tuvo lugar durante una misa católica en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas.

El Departamento de Estado estadounidense emitió un comunicado repudiando el «horrible atentado» y ofreció condolencias a las víctimas.

La explosión ocurrió en un gimnasio de la Universidad Estatal de Mindanao durante la celebración de una misa, dejando al menos cuatro muertos y cuarenta heridos.

Washington subrayó su estrecho contacto con el Gobierno filipino tras el ataque, reafirmando la sólida alianza en materia de defensa y política exterior.

La tragedia tuvo lugar alrededor de las 7:00 hora local en Marawi, capital de la provincia de Lanao del Sur. Muchos de los afectados eran estudiantes universitarios que asistían a la misa en el gimnasio de la universidad.

El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó la autoría del atentado a través de su cuenta en la red social Telegram, calificando a los asistentes a la misa como «cristianos infieles».

El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., previamente había atribuido el ataque a «terroristas extranjeros».

La sureña isla de Mindanao, con aproximadamente un 20 por ciento de población musulmana, ha sido históricamente escenario de conflictos entre el Gobierno y diversos grupos extremistas, incluyendo a Abu Sayaf y el Grupo Maute, ambos afiliados al EI.

La región ha enfrentado tensiones durante décadas, y el atentado reciente revive preocupaciones sobre la seguridad en una zona que ha experimentado episodios previos de violencia yihadista.

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