La tarde del domingo 3 de diciembre se convirtió en una pesadilla para las familias De la Cruz y López cuando Byron Carillo, de 21 años, irrumpió en su hogar en el bloque 9700 Royce Drive, al sur de Dallas, alrededor de las 4:20 pm.

Los informes preliminares indican que Byron, ex pareja de Vanessa de la Cruz, ingresó y abrió fuego contra la familia, cobrándose la vida de José López, de 50 años, Karina López, de 33 años, Vanessa de la Cruz, de 20 años, y el pequeño Logan de la Cruz, de tan solo 1 año.

La bisabuela de Logan, Rufina López, compartió su conmoción al enterarse de la tragedia. Al recibir la noticia, ella no podía creer que la familia estuviera enfrentando tal horror.

Entre las víctimas, también se encontraban otras hermanas, incluida una de 15 años, que logró sobrevivir y se encuentra en condición estable en un hospital local. La bisabuela destacó la valentía de una menor que logró esconderse y presenció la masacre.

Según la bisabuela, Byron Carrillo había amenazado de muerte a Vanessa y su familia días antes del trágico suceso. La familia instaba a Vanessa a dejar la relación, ya que era víctima de violencia doméstica por parte de Byron.

La tragedia no fue un ajuste de cuentas, sino la culminación de amenazas y violencia que la familia temía y contra la cual luchaban.

En medio de la devastación, la bisabuela compartió el amor y el cuidado que Vanessa tenía por Logan, considerándolo su «tesoro». La familia había advertido sobre el peligro que representaba Byron, pero la joven madre no pudo escapar de la amenaza que finalmente se materializó el fatídico domingo.

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